Domingo 6 de marzo de 2016
PRESENTACIÓN DE LA RUTA
|
Plaza de Villaseco del Pan |
Hemos tenido una ocurrencia (es lo que tienen los grupos
pequeños, que nos conocemos todos y se pueden hacer cosas raras): como buenos
niños que nunca dejamos de ser, por muy adultos que nos veamos, hemos pensado
en un juego con vosotros. Os proponeros una "Ruta a Ciegas".
|
Molinos del Moro. Primero de ocho que hubo
río abajo |
Os contamos: hace unos domingos, fuimos a preparar una ruta
que ya conocíamos en
Villaseco del Pan, cerca de Zamora
(únicas pistas que os damos, los topónimos seco y pan. Si quieres jugar no lo
busques en Internet, ¡tramposo!). A la entrada del pueblo, nos llamó la
atención un panel informativo con los elementos de interés patrimonial del
municipio. Cambiamos de planes y fuimos a buscar uno de los destinos que nos
ofrecía. Lo que encontramos no era nada especial, pero nos gustó y creímos
conveniente incluirlo en la ruta a realizar con vosotros.
Pero pensando, pensando, llegamos a la conclusión de que nos
había gustado mucho más por ser algo con lo que aquel día no contábamos. Fue
una experiencia que nos gustaría compartir con vosotros y creemos que la manera
de que la sintáis, puede ser con este simple juego.
Lo primero, insistimos, que no os imaginéis nada
extraordinario, pensad que son las cosas simples las que, si sabemos sacarles
la belleza que todo tiene, más nos complacen
|
Las Pilas, túnel. Participante atravesándolo.
Fotografía Paco Labrado |
|
Pequeña trepada asegurada con una soga.
Fotografía Paco Labrado |
|
Palomar y típica pared de piedra de Arribes. |
|
Cascada de Arrolapila.
Bella manera de fundirse en el Duero las aguas del arroyo del Fresno |
|
Cascada de Arrolapila |
LA JORNADA
Si hay una palabra que defina la experiencia del domingo ésa
es “¡¡¡SORPRESA!!!”
Pero no sólo una, fueron varias, es lo que tiene salir de
excursión sin saber qué te vas a encontrar. Lo primero, el pequeño bar de
Villaseco estaba esperándonos abierto (¡lo que hace una simple llamada de teléfono!)
pese a las informaciones catastrofistas de los lugareños, acostumbrados a que
hasta la hora del vermut de después de misa, nunca está abierto.
Era de esperar esas llanuras esteparias donde únicamente despunta
el desnudo de algún que otro chopo. Pero los terrones se fueron transformando
en berrocales y las charcas en regatos que se precipitan al vacío para unirse
al padre Duero ¡sorpresa! Allí en medio, un pequeño conjunto de molinos que en
su día se iban prestando el agua que les hacía trabajar. Al frente, un vergel
arbolado: Sayago.
Es curioso que el Parque Natural comienza precisamente donde
termina el municipio de Villaseco, en la confluencia con el Esla. Hemos podido
comprobar cómo este tramo atesora todas las cualidades para ser merecedor de
estar incluido en él: cascadas impresionantes, molinos en medio del cauce del
gran río, vegetación, paisaje… pero todo se andará.
|
Las Pilas, cascada superior |
Y sí, hicimos una jornada de los más variada: caminamos por
pistas, sendas, veredas por las que sólo pasa el ganado (y qué bien trazadas
están, por supuesto que a las ovejas tampoco les gusta subir y bajar), campo a
través, incluso hicimos escalada, espeleología y hasta hay quien hizo una
escapada en solitario y nos tocó ir tras él, dividiendo el grupo.
Cuando preparamos esta ruta pensamos también en el viaje:
para ir, había que despistar y seguir con la farsa, por lo que fuimos por la carretera que va a Alcañices, entramos al
pueblo por la llanura cerealista. Ya acostumbrados al paisaje que nos deparó la jornada, para volver lo hicimos acompañando al Duero, pasamos
por el paraje de los Infiernos, primer aviso que el granito le da al río antes de aprisionarlo.
Bien ambientados con las historias zamoranas que un hijo de la tierra nos fue desgranando,
pudimos contemplar la capital desde un ángulo hasta hace no mucho imposible,
pues la construcción de un nuevo puente las hace realidad.
Quien piense que vimos todo lo relevante que conservan estos municipios, se equivoca... volveremos.
Pinchando
aquí están las fotografías de Alberto
Aquí las de Paco
Y las de Eduardo
aquí
Con un poco de retraso, nos las
envía José Luis.