miércoles, 26 de octubre de 2016

BUSCANDO LA CUEVA DE LA SERRANA DE LA VERA



 ENTRE EL JERTE Y LA VERA

De Piornal a Garganta la Olla

Domingo, 6 de noviembre



Piornal
Verdadero balcón hacia El Jerte






Garganta Mayor. Altos de la Sierra de tormantos.
En lo más alto, La Panera
Antes de que más de un@ se nos vaya de puente, habrá que proponeros la próxima actividad de vuestro grupo, DeBotas.
Para el domingo 6 de Noviembre os planteamos una preciosa ruta, entre las localidades extremeñas de Piornal y Garganta la Olla. Le quedaría bien el nombre de Ruta de la Serrana de La Vera  (en el enlace, la fotografía de la cueva, es de la que la tradición dice que habitó en Monfragüe). Su leyenda nos recuerda que su azarosa vida la pasó en esta sierra de Tormantos. Nosotros intentaremos encontrar la cueva, donde dice la tradición que se refugiaba y que no fuimos capaces de encontrar en "la previa" que realizamos nosotros. A ver si en esta ocasión tenemos más suerte.



Camino a Garganta la Olla
Castaños, robles y cerezos
Deciros, que Piornal es la población extremeña más elevada, a 1175 metros sobre el nivel del Mar (Salamanca está a 800). Se asienta sobre una altiplanicie rocosa, en la que su paisaje lo dominan las praderas para el ganado,  se cultiva el castaño y cómo no, el cerezo, la
estrella de El Jerte. Os podéis imaginar que sus vistas son espectaculares, enclavado en un promontorio, en medio de dos sobrecogedores valles: el del Jerte que se extiende hacia el norte y oeste y el de la Garganta Mayor, apéndice de La Vera, que ocupa el oeste y sur y que será por el que caminaremos.
La Serrana de La Vera ha quedado envuelta en la bruma del paso del tiempo, pero lo que aún recuerdan las gentes de la zona, son las tremendas historias de maquis, que después de la Guerra Civil, se refugiaron en estos montes.



Garganta la Olla en el centro de la Garganta Mayor




De Garganta La Olla, mencionaros que es Conjunto Histórico-Artístico, y es un verdadero placer perderse por sus tortuosas calles, descubriendo la estética de su arquitectura tradicional, su pimentón y su vino de pitarra.









Garganta la Olla
Casa de Postas


Concretando: que saldremos el domingo 6 de noviembre, saldremos a las 7:30 para aprovechar las pocas horas de luz que, por si fuera poco, el cambio de hora nos las ha desajustado. Que la ruta consta de tan sólo 16 kilómetros, pero gran parte del recorrido transita por sendas de montaña, por lo que nuestra marcha será lenta. Tendremos que subir muy pocos repechos, en total unos 200 metros acumulados y 850 de tendida bajada.





Garganta la Olla
Plaza Mayor



Como cada año, una vez recortadas también nuestras horas de luz, os aconsejamos que no debe faltar una linterna en la mochila. En el campo no hay farolas.
Para l@s nuev@s DeBot@s, decirles, que si estáis interesad@s  en acompañarnos, nos debéis mandar un correo con vuestro deseo.












CRÓNICA

JORNADA FANTÁSTICA, PREPARACIÓN:

Piornal, bar del Centro Cultural
Ingredientes:


Madrugar un poquito, pero con moderación, que el exceso produce somnolencia.

Un buen desayuno sorpresa y en bar sorpresa (en un Centro Cultural), que sea amplio y bien servido.

Una buena caminata; sin pasarse, que de lo contrario, al día siguiente nos puede provocar agujetas.

Una pizca de aventura, pero con cuidado, que si se te va la mano, puede resultar indigesta.


Puente de Pivilla
Toda la charla que puedas. Cuando el grupo va callado, cuidado, que algo va mal.

Para subir la temperatura, mejor un sol deslumbrante, de esos que cierras los ojos y lo sigues viendo toda la semana.

Agua en abundancia, pero dejándola reposar, al menos un día, que no nos caiga encima. Pero la suficiente para que arroyos y regatos rujan y salten, lo mismo que si estuviesen en ebullición.

En otoño, no pueden faltar castañas (más abajo incluimos otra buena receta), uvas y alguna nuez... apañándolas, realizaremos además un buen ejercicio.


La magia de la luz

Dejar al sol toda la jornada, que hace brillar los colores y se tamiza su luz al caer la tarde, dentro del bosque.

Antes de servir, se le puede dar un punto familiar, por ejemplo, que alguien (Vicente) nos relate alguna leyenda, para crear una atmósfera propicia, así se activan todos los sentidos.

Para acompañar, marida bien una buena cervecita, un vino de Pitarra, Acuarius o lo que se tenga a mano, que son buenos reconstituyentes.


También es muy importante, que entre los comensales haya una buena sintonía; de lo contrario podríamos terminar en tensa cena familiar de Navidad (cuñaos incluidos).

















La magia del agua
Resumiendo: Teniendo en cuenta que quien esto escribe también disfruta de las excursiones como el primero, deciros a quienes no pudisteis venir, que qué gusto de día: el grato café con dulces de Arroyomolino... Pese a las lluvias de la noche anterior, lució el sol y vimos el horizonte con los Montes de Toledo y Monfragüe bajo un limpio cielo azul . Que hubo ratos que nos costó seguir el camino, prácticamente inexistente, que tuvimos que bajar por otros serpenteantes, pero al llegar al lugar elegido para comer, todo se olvidó: comimos al arrullo de la Garganta



La magia del otoño
Mayor, al lado de una fantástica cascada: el Barranco Pivilla, adornado, cual nacimiento, con un precioso puentecito de piedra. Un poco más abajo, tuvimos la suerte de encontrar la escondida cueva de la Serrana de la Vera, en un entorno de cuento... por comentarios de gentes que habían llegado hasta ella, yo no las tenía todas conmigo… alguien no quería que descubriésemos un secreto tan bien guardado.
 Los castaños, aún con el verde veraniego, nos ofrecieron, eso sí, su fruto, esparcido a sus pies. Y terminamos cruzando otro puente, uno de los tres puentes, casi monumentales, que franquean el paso del cerco que la Garganta Mayor infringe al casco histórico de Garganta la Olla, donde pudimos callejear y mezclarnos con paisanos en bares y tiendas. Por cierto, que de ellas nos llevamos un poquito de la tierra, en forma de pimentón, aceite o cerezas en conserva.



Cascada del Barranco Pivilla


¿Qué más queremos?


















Vicente nos ha preparado un estupendo montaje con sus fotografías y la narración de la leyenda de la Serrana de la Vera



Callejeando por Garganta la Olla





Podéis ver las estupendas fotografías de Alberto

O las maravillosas de Paco








  Agustín Muñoz, nos pasa amablemente, una receta con castañas.

Ingredientes de la receta de crema de champiñones y castañas:

Erizos de los castaños
Para dos personas:

200g de champiñones
200g de castañas cocidas y peladas
2 puerros
1 cebolla morada
2 dientes de ajo
2 cucharadas de creme fraiche
Agua
Aceite de oliva
Sal
Pimienta






Elaboración:
Fotografía de Agustín

Pica finamente la cebolla y los puerros y pocha todo en una cazuela con un chorro de aceite. Así como los ajos y añádelos.
Limpia los champiñones, picándolos y añadiéndolos a la cazuela de las verduras.
Cuando las verduras estén bien pochadas, incorpora las castañas cocidas. Salpimienta. Cubre con abundante agua, tapa y cocina a fuego medio durante 30 minutos.
Tritura, cuela, para que quede una crema más fina y añade la creme fraiche. Remueve y deja hervir durante 5 minutos. retira la espuma si es necesario.
Sirve la crema en un plato hondo y riega con un chorrito de aceite.

¡¡¡Y BUEN PROVECHO!!!





PANORÁMICAS



Camino a Garganta la Olla, vistas hacia el sur, con el murallón de Monfragüe al fondo.






Piornal. Mirador de las cumbres hacia el norte





Foto de grupo a la entrada a la cueva de la Serrana







lunes, 17 de octubre de 2016

AL ABRIGO DE LOS BOSQUES BEJARANOS



POR LA SIERRA DE BÉJAR Y CANDELARIO


Domingo 23 de octubre



Restaurante Beletri, en Béjar
Buen lugar para un relaxing cup of café con leche & torrijas
Como indica nuestro calendario, la próxima salida la íbamos a realizar por la Sierra de Gredos Oriental. Pero aunque son tiempos de sacrificios, tampoco somos masoquistas y las obstinadas previsiones de lluvias para el fin de semana,nos han obligado a considerar y decidir su suspenso.
Tras arduos debates internos (con nosotros mismos), hemos decidido realizar una ruta más otoñal, que no tengamos que madrugar, al abrigo de los tupidos bosques y con el refugio de los más bonitos pueblos de nuestro entorno, llegando a la conclusión de que el lugar idóneo es la zona baja de la Sierra de Béjar y Candelario.


RUTA

Cantagallo, con su sabor tradicional
Como ya os informamos, saldremos de la población de Cantagallo, que la despoblación y la autovía, van despojándola de servicios, uno de ellos, los bares. Hasta no hace tantos años, disponía incluso de concurridos restaurantes de carretera. Los bares no sólo tienen un único fin espirituoso, también son el mejor lugar de socialización y de ocio (juegos de cartas, tertulias, televisión) de sus habitantes. El número de este tipo de establecimientos, es además un claro esponente del nivel económico de la población.



Sabiendo ya, el porqué del desayuno en Béjar, deciros que subiremos hasta el antiguo camino de Béjar a Hervás, también conocido como de Santa Ana, verdadero cordón umbilical de estos dos importantes núcleos económicos, con el resto de pueblos que salpican las faldas de la Sierra de Béjar, como son La Garganta, Puerto de Béjar y Cantagallo.


Al fondo Montemayor del Río
Ya en el alto, obtendremos unas estupendas vistas de Béjar al frente y de Montemayor del Río a nuestras espaldas.









Cedro de la Francesa





Nos desviaremos de nuestra ruta, para contemplar un monumento vivo, el Cedro (del Atlas) Centenario, que crece en la finca la Francesa.










Pincelada otoñal


Retomamos nuestro camino, para llegar a la Fuente del Lobo, donde destacan las vistas a la ciudad textil. Alguna fuente más nos separa de la plaza de toros del Castañar y el santuario, del mismo nombre, de la patrona de Béjar. Toros y religión, muy unidos en nuestra tierra, algo que se puede observar en otros lugares sagrados, como en la ermita del Cueto, la de Buenamadre, de la Peña del Castillo, en Villaseco de los Gamitos...






A un lado dejaremos Llano Alto y su albergue, para descender al arroyo de Peñas Gordas. Un buen puente de cantería nos ayudará a pasarlo; a su vera, las ruinas de una fábrica de luz, llamada de La Beja. En esta zona saben bien cómo hacer trabajar al agua que fluye desde lo alto de la Sierra.









Y en corto tramo llegamos a Candelario, población que ha sabido conservar su patrimonio y tradiciones. Lo más llamativo es el sonido de sus calles, en las que unos canalillos, regaderas, traían el agua corriente a las puertas de las antiguas casas. Antaño, un fantástico lujo, al alcance de muy pocos privilegiados y en Candelario, al alcance de todos.
Otro curioso elemento tradicional son las batipuertas, cancela que se coloca al exterior de la puerta de las viviendas y que tendría varias funciones, como el proteger las puertas de la lluvia y la nieve, no permitir el paso de animales al interior de la vivienda teniendo las puertas abiertas; proteger al matarife a la hora de matar a las reses...
Dentro del patrimonio del pueblo, cabe destacar su iglesia parroquial, en la que destaca el precioso rosetón de tracería gótica y el artesonado mudéjar que cubre su cabecera.
Después de comer, quedaremos delante del calvario de la ermita del Cristo del Refugio, a la entrada del pueblo. Tomaremos el antiguo camino de Béjar, donde nos encontraremos otros dos puentes de piedra. Pasaremos junto al albergue La Canaleja, para en breve paseo, y con vistas al río Cuerpo de Hombre, llegar a Béjar por Monte Mario y su esbelta iglesia neorrománica italiana, construida tras la Guerra Civil.
Me he olvidado hablar de robles, pinos, castaños, helechos, chopos, nogales... 



CRÓNICA

Desde La Canaleja.
Nubes amenazadoras. A la derecha Peña Negra


En estos tiempos, que avanzan una barbaridad, estamos muy aplicados: que necesitamos saber dónde comer: ya no preguntamos a taxistas o farmacéutic@s, buscamos la aplicación Triadvisor y cual borregos, vamos al restaurante que nos aconseja. Que no sabemos dónde está el pueblo que queremos visitar. Para qué preguntar, utilizamos la aplicación Google Maps y para nosotros ya no existen indicadores, sólo tenemos ojos para el GPS. Pero, bendita tecnología, a veces se equivoca. Este domingo, tooodas las aplicaciones que tratan las previsiones meteorológicas, nos indicaban el grado de locura e insensated que medio centenar de senderistas llegamos a tener. Llover iba a llover sí o sí y  hasta por la mañana oí que estábamos en alerta amarilla por fuertes precipitaciones...y el viento, con rachas de hasta 70 kilómetros por hora.
Todo el día íbamos como los pobres galos, mirando al cielo, a ver cómo se nos iba a caer encima.Cada vez que recordábamos las previsiones, pensábamos que lo vivido era un regalo y lo disfrutamos como tal. En resumidas cuentas, que únicamente nos llovió cuando ya estábamos en las calles de Candelario. Y sobre el viento, aquí quienes planificamos esta ruta tuvimos algo que decir, pues precisamente la elegimos por ir protegidos por el inmenso bosque del Castañar y por la 
propia Sierra de Béjar, que nos hizo de abrigo de los
 vientos del sur.

















Este año el otoño viene muy
retrasado, las altas temperaturas que estamos disfrutando, propician que la arboleda esté remoloneando, y no le apetezca colocarse el pijama estampado para el sueño invernal.






Monte Mario, ya en Béjar
De lo que sí nos acordamos, es de qué hubiese pasado de no haber cambiado la ruta que teníamos prevista, a las cumbres de Gredos: no sabemos si allí nos hubiese llovido, pero el viento no nos hubiese dejado tregua y la niebla hubiese sido nuestro monótono paisaje... es lo bueno de no ser un grupo encorsetado, se prepara una alternativa y listo.
 Lo que más nos sorprendió y por lo que estamos muy orgullosos, es de nuestros seguidores, ya que pese a lo relatado, ha sido la ruta más concurrida de todas, cuando nosotros pensábamos que sería un fracaso absoluto. Nuestro más sincero agradecimiento a los participantes
  .





Siempre es un placer ver las fotografías de Alberto

Y también las de Paco