martes, 27 de junio de 2017

PASEO A LA LUZ DE LA LUNA






Atardecer en el santuario de la Peña de Francia
¡Esto es de locos! Aún no hemos realizado la gastrurruta a El Torozo, asomándonos a sus vertiginosos y exclusivos balcones con vistas a todos los pntos cardinales (por cierto, que aún queda alguna plaza libre y según parece vamos a necesitar chaqueta, lo digo por l@s caluros@s). Pues que ya tenemos que ir pensando en la siguiente salida.

Consultado nuestro frenético calendario (esto parece un sprint, que ya llegamos a la meta) y tenemos que ir preparando El Paseo a la Luz de la Luna.

Preparándonos en la Hospedería
 Retomamos la tradición veraniega de los paseos nocturnos aprovechándonos de que La Peña de Francia tiene acceso por carretera. La Peña es un verdadero faro en medio de la Meseta, por la noche y desde ella es un espectáculo contemplar en silencio las islas de luz que forman los pueblos y las estrellas, en medio del mar de tinieblas.

Desde La Peña hacia el norte.
Al fondo, Sierra de Las Quilamas y el Pico Cervero
Saldremos el sábado 8 de julio a las 19:30 de Gabriel y Galán, para subir en autobús hasta  la Peña de Francia. Como es lógico, antes de comenzar no tomaremos el obligado café, pero hemos preparado un refrigerio en la Hospedería del Santuario, que se baja mejor bien hidratad@.


Allí en lo alto, veremos la sombra de La Peña extenderse por los pueblos de La Sierra y por el lado opuesto, cómo el sol se escondiendo y va tiñendo el cielo de todos los tonos rojizos imaginables.


La sombra de La Peña invadiéndolo todo, el Valle del Lera, casi La Alberca.
Al fondo, La Sierra de Béjar y a la derecha La Sierra de La Alberca, que abriga a Batuecas 
Comenzaremos a caminar con las últimas luces del día, para tener que encender las linternas (mejor frontales) antes de llegar a Los Puertitos, cruce de caminos que conducen a Batuecas, Las Hurdes, los Agadones y Ciudad Rodrigo, La Alberca y la propia Peña de Francia.

Reja de la ermita de Santiago.
Allí decidiremos cómo terminar la ruta: si la noche es buena, volveremos a subir a La Peña, por la pista que bordea el valle del Lera, para tomar la senda que sube de La Alberca y que serpentea hasta la cumbre. Esta opción, la más bonita, consta de 12 kilómetros y un desnivel de 350 metros.
Si la noche fuese fresca, tomaríamos la senda de la Fuente de La Carbonera, que bordea Batuecas y que nos conducirá a La Alberca. Esta opción también consta de 11 kilómetros, pero sin subidas reseñables.

Terminaremos, como manda la tradición, con una queimada para celebrar (con retraso, es la excusa) la Noche de San Juan

Sale la luna llena tras el temporalmente inactivo reloj de sol.
RUTA

Quien nos conoce, sabe que siempre nos gusta salir con rutas alternativas, por si el tiempo se retuerce. Como ya os contamos, llevaremos dos opciones y curiosamente las dos tienen la misma distancia, 11 kilómetros.
Las dos tienen en común que parten de La Peña de Francia y que se cena en Los Puertitos.

Se pone el sol por tierras portuguesas
Ya os he explicado en otras ocasiones, que existen lugares especiales, elementos naturales que por unas causas u otras siempre han llamado la atención; motivo por el que nuestros antepasados los veneraron y que las modernas religiones llegaron incluso a sacralizar. En el caso de las montañas, éstas suelen tener una fisonomía muy singular, por lo que se las identifica a simple vista desde la lejanía; eran verdaderos hitos que orientan nuestro camino. Esa es la verdadera magia de La Peña de Francia.

Se resiste a ocultarse
Por ello, siempre nos atrae y nos incita a subir a ella. Nosotros tenemos la suerte de que a La Peña se puede acceder por carretera y la vamos a aprovechar para nuestra actividad. 
Si la noche nos acompaña, disfrutaremos de ella en dos momentos cumbres: en la puesta de sol, cuando su figura se extiende bajo nuestros pies en forma de sombra y en la oscuridad de la noche, cuando el oscuro silencio envuelve todo a nuestro alrededor.

Valle de Agadón. Al fondo Ciudad Rodrigo y a la derecha La Hastiala,
 por tan sólo 7 metros, la mayor altura de la Sierra de Francia..
Saldremos de ella acompañando a los últimos rayos de sol. Descenderemos hasta el Paso de Los Lobos por una estrecha senda por donde suelen pasar la noche las huidizas cabras monteses, al calor y la protección que desprenden y proporcionan las rocas calizas de los pedreros. 
Abandonaremos el GR-10 para tomar otra senda muy escondida, lo mismo que poco transitada. Ésta conducía a monjes y aldeanos, unos a encontrar víveres para el monasterio y a los otros para buscar avituallamiento para el alma.


Paso de los Lobos
Evocador topónimo
Así llegaremos a Los Puertitos, donde cenaremos, estratégico cruce de caminos que conducían a todos los puntos cardinales. 
Cambiaremos de dirección, siguiendo la pista que llaman del Lera. Podremos apagar las linternas, pues su orientación es adecuada para que la luna nos sirva de astro rey y la falta total de desniveles nos permita caminar sin esfuerzo.
Para volver a subir a La Peña, volveremos a tomar el GR-10, que aprovecha una bien trazada senda que asciende por su costado Este, conservando tramos de antiguos empedrados, que nos indican la importancia de este acceso hasta la construcción de la moderna carretera. En este tramo boscoso, es muy curioso el efecto de las luces de las linternas, al tener que marchar en fila y zigzagueando.


Camino de Los Puertitos, bajo La Mesa del Francés.
Si la noche así nos lo aconsejara, tendríamos que acometer la segunda opción.Desde Los Puertitos, tomaríamos la pista que conduce a La Peña del Huevo, paralela al valle de Batuecas. Tendremos buenas vistas de La Peña, azulada por la luz lunar. Una amplia pista nos conducirá a La Alberca, donde callejear sin gente y en silencio, nos conducirá a otros tiempos.


Vistas de Las Batuecas desde Los Puertitos
Al fondo Traslasierra, que separa el valle del Ambroz y El Jerte

Para finalizar la jornada, llevaremos lo necesario para celebrar la Primera Luna Llena del Veranos con la magia del fuego que desprende la queimada.  

CRÓNICA

Ya dijimos que terminaríamos esta estupenda temporada  con lo que denominamos "la guinda" y efectivamente, lo hicimos con una bien grande, blanca y bien redondita, la Luna.  


Original composición de Paco.
Firmas de luz
Curiosa sensación la de despertarse el domingo a las tantas, acostumbrados a los madrugones para salir pronto a patear, en invierno para aprovechar las menguadas horas de luz y en verano para ir con la fresca, sufrida la vida senderista.
Pues lo prometido: cañita y tortilla en lo alto de La Peña,  fuera uno no sabía a qué lado mirar, por uno el sol estaba radiante, por el otro, la luna llena de julio hacía su aparición. Nos recibió un enorme rebaño de cabras monteses, que daba la impresión de que no iban a dejar pasar al autobús... ya no las volvimos a ver en toda la noche, lástima.
Coincidió el peor tramo de la jornada, con la peor hora de luz, esa en la que no es de noche, pero que ya no es de día, saliendo del Paso de los Lobos, collado en el que unas gotas de lluvia van al Duero y aunque parezca mentira otras van al Tajo (al río, no al trabajo).
Para los que hemos caminado por estos andurriales, es una satisfacción cuando te sorprende que algún alma caritativa ha limpiado ese camino por el que era un suplicio pasar. Y año a año, es lo que ha pasado con este que nos une con Los Puertitos.


Inconfundible silueta de La Peña del Huevo
Me dio envidia el conductor del coche que descendía Peña a bajo y que tuvo que frenar para asegurarse de que lo que veían sus "reojos", era cierto, lo veían también sus ojos: en la ladera opuesta, un pequeño gusano blanco serpenteaba en la oscuridad. Realmente tuvo que ser digno de vernos desde allí, pero de momento, me lo imagino con un buen susto y discurriendo qué sería aquella escena tan extraña.
Para la marcha teníamos preparadas dos opciones y la asamblea decidió que la B era la buena: no volver a La Peña. Ciertamente que toda la bajada estuvimos viendo el espectáculo que seguiría con la opción A, por lo que estuvo bien elegida la idea de terminar en La Alberca. Así la ruta fue más larga, pero con menos desniveles, además se nos ocurrió asomarnos al balcón natural situado a los pies de La Peña del Huevo, que con sus 1414 metros y su aspecto más de chichón geológico que de embrión de ovíparo, es un elemento descado en el skyline de la Sierra de la Alberca y del valle de Batuecas.


Desde La Peña del Huevo.
En penumbra, el valle de Batuecas,
detrás Las Hurdes y al fondo el embalse de Gabriel y Galán.
La explosión de sensaciones que desde allí pudimos obtener, yo creo que perdurarán muuucho tiempo en nuestra memoria. Pues ya os digo que llevábamos buena parte de la ruta con magníficas vistas y ya cuando se podían tocar las luces de La Alberca y ya tod@s dábamos por bueno lo vivido, surgió la tenebrosa silueta de la Peña del Huevo y el espectáculo de valles, tinieblas, luces, brillo del agua de Gabriel y Galán...


Queimada y su fuego purificador
Y como teníamos previsto, despedimos la noche, a las cuatro de la mañana, con la luz de la queimada, en compañía de unas perronillas y unos mantecados, que por cierto, ¡qué bien entra la comida esas horas! claro que, ¿a qué hora no entra bien la buena comida?

Bueno, desearos desde este humilde blog un feliz verano y que pronto volvamos a realizar nuevas  y fantásticas aventuras.


Foto de grupo en Los Puertitos


Aquí van las fotografías del madrugador Pedro
Hoy las de Alberto sin bichos.
Los originales fotones de Paco
Se estrena en esta tarea Carlos de Dios


Hechizad@s por ella




lunes, 19 de junio de 2017

GASTRORRUTA. EL TOROZO

Garganta de las Cinco Villas desde El Puerto de Serranillo
Aún no se nos ha pasado el susto que nos dimos al bajar del autobús y darnos de bruces con la cruda realidad charra, y comprobar que en Salamanca continúa cayendo fuego del cielo ¡qué bien se estaba en El Rebollar y en la poza de  Ríofrío!, tan poco tiempo y ya nos habíamos acostumbrado a lo bueno...
Ascensión al Torozo
Al fondo la Sierra de la Paramera
Pues lo dicho, que ya hemos vuelto a la rutina y hay que ir organizando la próxima actividad de DeBotas. Consultamos ya nuestro mermado calendario, ya que tan sólo nos restan dos salidas para completar esta temporada, y nos empuja a subir al Torozo (2021 m), ese pico que asusta desde abajo y que por su desafiante fisonomía bautizaron al puerto que trabajosamente sube de Extramadura (aunque burocráticamente esta zona pertenezca a Ávila) hasta los verdes prados castellanos de mucho más al norte.
Torozo, que no debemos de confundir con los vallisoletanos Montes, aunque comparten topónimo.
Estamos en Gredos
Pues la idea es que el autobús nos suba hasta el puerto de Serranillos, a 1571 metros sobre el nivel del mar en Alicante. Allí tomaremos el de San Fernando y subiremos a El Torozo con muuucha tranquilidad (que no hay prisa) que los (espera que saque la calculadora) 450 metros de altitud que los separan son asequibles para tod@s los deboter@s. Luego descenderemos por sendas muy bien trazadas los 630 metros (¡qué buen invento la calculadora!) que le separa de El Puerto del Pico (1391m.).
Cumbres del Circo de Gredos desde la planicie del Torozo
La ruta consta de algo menos de 12 kilómetros, con un buen tramos horizontal en la cumbre, una bajada muy tendida, así como prácticamente toda la subida. (Esto último ha sonado un poco raro, ¿no?) pues sí, he de deciros que el último tramo de subida, se ascienden sólo 150 metros, por una sendilla con hitos de 700 metros de longitud, que se hace sin problemas, pero sintiéndolo mucho por los correcaminos, ese tramo hay que ir muyyy despacito.
Como ya sabéis que nos gusta ser previsor@s, si las condiciones del tiempo así nos lo aconsejasen, tenemos, cómo no, un plan B que de manera prácticamente horizontal nos llevará del pueblo de Serranillos a nuestro destino programado, en algo más de 13 kilómetros. Eso sí, nos perderíamos las deslumbrantes vistas y abismos de vértigo que sin peligro alguno, se ven desde lo alto.
Con un poco de suerte...
Como buena gastrorruta que se precie, el motivo es el celebrar con buena comida (de ésta se encargan los cocineros de La Parada del Arriero) y buen ambiente (éste lo debemos de llevar, como siempre lo hacemos, nosotr@s) la llegada del verano. La idea es comer tarde, sobre las cuatro y media, por lo que dbemos llevar un tentempié.
Del tema culinario, os adelantamos que el menú constará de

ENTRADAS PARA COMPARTIR
-Migas del pastor
-Patatas revolconas
-Revuelto de boletos
-Pimientos rellenos de bacalao

SEGUNDO
-Entrecott de ternera avileña a la brasa.

BEBIDA
 ...podremos ver el espectáculo de la Trashumancia.
Cerveza, agua y gaseosa

POSTRE Y CAFE

Todo con un coste de 20 €. Recordaros que debemos añadir el precio del autobús, seguramente sea de 10 €, que ya hay mucha gente apuntada.

Para que os vayáis preparando y pese a que la información es de la competencia y esperando que no se molesten:  CANCIONERO
Y AÚN QUEDAN (POCAS) PLAZAS!!!

CRÓNICA

Son muchos los dichos y refranes que sentencian sobre las bondades de las cosas pequeñas; por ejemplo, la máxima de que el buen perfume se presenta en tarros minúsculos, es en realidad un gran elogio a las cosas pequeñas. Está claro que el exceso empalaga, aburre, empacha… nos harta. Lo poco se saborea, se siente, se disfruta.
Se puede afirmar que la actividad del domingo venía en frasco pequeño: el desayuno en un restaurante modesto; la temperatura del día, moderada ni fría ni calurosa; la ruta 11 kilómetros, cortita; el subidón al Torozo, cuando te das cuenta estás arriba; tampoco fuimos demasiada gente; la comida en La Parada del Arriero, se puede decir que fueron muchos platos pero cantidad ajustada; y no se me ocurren más pequeñeces, porque el resto fueron excesos, pero que no hartaron ni empacharon ni nos aburrieron: lo del cafetito con algo para mojar, se convirtió en desayuno en toda regla,  con pan de pueblo y manjares caseros para untarlo; el fuerte viento nos refrescó; las vistas, salvajes, de las que sabes que te estás perdiendo la mayor parte de lo que hay que ver y que menos mal a las fotografías de nuestros sufridos reporteros, que si n su trabajo sería imposible recordar tanta maravilla; la corta subida, de las que no sabes si fue senderismo o escalada, aunque nunca llegamos a trepar, fuimos despacito, eso sí; la comida y el trato del personal de La Parada, sensacionales y las vistas desde el comedor… y la sobremesa… y la compañía…

Bueno, la gran temporada se termina y ya sólo nos queda otra pequeña guinda.

EL MÁS MADRUGADOR EN ENVIARNOS SUS IMÁGENES, HA SIDO ÁNGEL


AQUÍ ESTÁN LAS FOTOGRAFÍA DE PEDRO


LA MIRADA DE PACO

NO PODÍAN FALTAR LOS BICHOS DE ALBERTO, ALGUNO DE ROCA Y MUCHOS HUMANOS



La Parada del Arriero

































lunes, 5 de junio de 2017

RUTA VERANIEGA



Domingo 18 de Junio

Por El Rebollar

Típico camino de El Rebollar
Puente de El Gaz

Aún no nos hemos repuesto de las fuertes y excitantes emociones que la diosa Fortuna nos había preparado para el pasado domingo y ya hay que pensar en la próxima aventura. Consultado nuestro magno calendario, nos dice que para el domingo 18 hemos de preparar una ruta veraniega, porque ya está bien de tanta ruta de altura y es que llevamos tres salidas con vértice geodésico incluido: a Peña Negra de Béjar, a La Buitrera de Ayllón y el pasado domingo al Pico La Fría en Gredos.
 Y debemos buscar un entorno verdecito, pese al verano horríbilis que padecemos; que sea lo más sombreado y llanito posible; que los caminos sean amplios, para que se desfoguen los correcaminos y para que la charla nos entretenga; adaptable según la meteorología... y para terminar la jornada, la posibilidad de un chapuzón (al menos meter los pies en el agua, que después de la caminata es un placer), siesta en pradera o un relaxing cup of beer en la terraza de un chiringuito. ¡Venga, que por pedir no quede!
Bueno, pues hemos pensado en El Rebollar, donde esta primavera las lluvias han sido más generosas y atesoran buenos lugares para el baño.
Desagüe Poza de Riofrío
De la ruta deciros que será sin desniveles, 200 metros acumulados, de sólo 19 kilómetros y que pasará por Peñaparda, para terminar en el Puente de Riofrío, en el término de Villasrubias, donde nos espera una extraordinaria piscina natural. 
Del resto de la ruta, tenemos dos opciones, o seguir nuestra primera intención, que consistía en aprovechar la formidable Cañada Real Extremeña, pero debido al ancho exigido por el Honrado Concejo de la Mesta, 90 varas castellanas, 72,22 metros del Sistema Internacional de Unidades, en toda su amplitud no tiene vegetación, por lo que tampoco tiene sombra.
Por ello elaboramos un plan B: partir de El Payo y de allí a Peñaparda y a la vecina piscina natural de Riofrío, que prácticamente todo el recorrido se cobija bajo robles rebollos, recordad el topónimo de esta comarca...
Azud Poza Riofrío
Poza Riofrío
Para apuntaros, mandad un correo con vuestro deseo a partir del miércoles a las 16:00. 


Saludos


Buenas a tod@s.
Como ya sabréis, las previsiones para los próximos días siguen hablándonos de calor, mucho calor. Por ello hemos pensado que lo último que haremos será quedarnos en Salamanca, sudando la gota gorda y sin podernos echar la típica siesta veraniega, que aún no ha comenzado el somnoliento Tour de Francia.
Deciros que nuestra intención con las actividades que realizamos es la de padecer lo menos posible, que aunque algun@ lo piense, no somos masoquistas.
Piscina natural Riofrío
Por ello, hemos pensado que el domingo 18 saldremos pronto, a las 8:00 con dirección a El Payo. Allí, con la fresca, iniciaremos la ruta de 19 kilómetros. Previamente le pediremos al conductor que nos espere con el autobús en el pueblo y como nuestra ruta es paralela a la SA-391, que une El Payo con la poza de Riofrío, hemos podido localizar cinco lugares por donde salir de la ruta a la carretera y en el momento que consideremos que el calor ya es excesivo, saldríamos y llamaríamos al autobús para que nos recoja, llevándonos sin mayores problemas hasta nuestro destino de baño. 
Allí, quien quisiera podrá comer en el Restaurante Las Mellizas, tomar un buen baño o descansar a la sombra del bosque de robles.
Más tarde podríamos buscar La Bañera, poza a la que todos los veranos se acercan l@s chiquill@s de Villasrubias para darse unas zambullidas, lanzándose al agua desde lo alto de las rocas.

Lo dicho, ¿calor urbano o paseo y baño al fresco? Tú decides, que aún quedan plazas.

CRÓNICA

RUTA A LA CARTA

Una vez terminada la jornada, es lo que pensamos: acabábamos de disfrutar de un día a la carta…
Hubo quien vino con la promesa de poderse quedar con el conductor, para luego ir al baño con tod@s. Claro que luego le dio envidia y realizó el paseo matinal como un campeón.
A otros les apeteció realizar la ruta prometida y sin pensárselo dos veces, cogieron camino y manta. Cierto que el primer tramo fue más expuesto al sol y a la mayoría nos desanimó a continuar y por ello, el grueso del grupo terminó en el área recreativa de Riofrío en autobús, que el sol en esto días no está para bromas y da miedo.
Allí hubo quien le apeteció comer con mantel, y aquí sí, a la carta. Otr@s se tomaron un regenerador refrigerio con algo para picar y otr@s se sacaron el almuerzo de la mochila… y tan ricamente.
Por otro lado, hubo quien se pegó un buen baño, que el agua estaba en su punto. A otr@s les apeteció más tomar la sombra, que el sol ni mirarlo… total, que cada cual hizo lo que le apeteció.
Lo que sí queríamos realizar era una ruta veraniega: paseo a primeras horas del día, aperitivo en El Payo y luego baño o siesta al frescor de la poza. Y así comenzó la jornada, tomando el imperativo café en un verdadero chiringuito, que para si quisieran muchas playas tropicales ¡y está en El Payo!. Nos recibieron en El Caracolito con un cafelito de máquina Espresso, de esos de las cápsulas; bollo casero y un postre de lo más exótico.
Un insolente sol justiciero nos esperaba desde primeras horas y agradecimos la parada que hicimos en el Charco Palo, adentrándonos en el formidable bosque de galería del joven río Payo. Estoy convencido que estos bosques, además de poseer una belleza de cuento, conservan una biodiversidad mucho más rica que la de las grandes extensiones de la zona; así, los bosques “de secano” suelen ser de pocas especies mezcladas, lo contrario que los bosques de árboles que hunden sus raíces en las riberas fluviales, donde la amalgama botánica es exuberante.
A raíz de estas apreciaciones, tuvimos un recuerdo para lo perdido en la nefasta e inútil presa de Irueña, donde ha desaparecido bajos sus aguas y para siempre, kilómetros de maravillas que no supimos conservar.
Para terminar, quisiera desde aquí desear lo mejor a Alessandra en su nueva aventura hostelera al frente de El Caracolito, coqueto chiringuito que seguro refrescará las tórridas noches de El Rebollar.


Os paso la personal visión de la jornada de Paco

Y el buen hacer de Vicente