lunes, 25 de septiembre de 2017

ARRIBES DEL ÁGUEDA



Domingo 8 de octubre de 2017
Sobradillo, preparativos.

Aún calentitas las fotografías de Paco y ya tenemos que preparar la próxima salida.

Consultado nuestro cada vez más mermado calendario, nos indica que para el domingo día 8 de octubre, debemos ir a L@s Arribes del Águeda. Mira tú, qué manera tan sencilla de contentar a tod@s, ya que hay división de opiniones sobre el género de este topónimo.  
Castillo de Sobradillo
Torre del Homenaje
Deciros que la "marca" Arribes no sólo la ostenta el gran río Duero, también los ríos menores, que como él, se encajan en vertiginosos tajos, kilómetros antes de entregarle sus aguas. Así están los del Esla en Zamora, Tormes, Uces, Huebra y Águeda en la provincia de Salamanca.
Nosotros iremos a visitar los cañones de éste último. Su principal particularidad radica en que, como sus hermanos pequeños, está libre y saltarín, algo de lo que al padre Duero le hemos privado, pues ahora está tranquilo y dormido, cual reo en su prisión; libre durante millones de años, lleva en cautiverio unos cuantos lustros. Hemos conseguido domesticarlo para aprovechar al máximo su fuerza y satisfacer nuestra necesidad desenfrenada de energía. Aunque me da que los verdaderos presos somos nosotros en esta sociedad de consumo sin fin. 
Sobradillo. rescatado puente romano.
Hace unos años se rebajó el nivel de la calle
para poder contemplarlo.
Pues lo dicho, que nos desplazaremos hasta Sobradillo, allí nos espera una preciosa ruta cortita, pero muy intensa, ya que sus 15 kilómetros nos deparan gratas sorpresas. Un buen tramo acompañaremos al río, e incluso bajaremos a tocar sus aguas, por lo que el desnivel acumulado, tanto de bajada como de subida, es de unos 500 metros, que salvaremos por estrechas sendas bien trazadas, para poder hacerlo cómodamente.
Humilladero a la salida del pueblo.
También tendremos una buena ración cultural, con la visita a las afueras del pueblo, a las ruinas del franciscano Convento de La Seca, sobrenombre muy a juego con la pertinaz que sufrimos. Nos observará la arrogante Torre del Homenaje, construida para vigilar al vecino portugués, por si le ocurría cruzar la frontera que el Águeda dibuja, y todo ello arropado por una coqueta arquitectura popular, con claros recuerdos de los repoblares gallegos, que en la edad media devolvieron la vida a estas tierras.

Hablando de raciones, la zona es famosa por la calidad de sus sabrosos quesos de oveja, que podremos adquirir o degustar en el bar Remundín, vecino de la Parroquial y del soportalado Ayuntamiento.


Introducción


En el oeste salmantino, los ríos Águeda, Duero y Huebra, delimitan la comarca del Abadengo, formada por  doce términos municipales, siendo su "capital" o centro de servicios Lumbrales.
Hasta el año 1311 estas tierras estaban bajo dominio del Adad de los Templarios y a él deben su denominación. La disolución de la Orden privó a los monjes soldados de sus bienes, pasando definitivamente a manos de la corona. 
Cuarto menguante.
Tierras de frontera, sufrieron en primera persona los desastres de todas las contiendas hispano-portuguesas, pasando a depender de un bando u otro, dependiendo del vencedor y siendo común su saqueo. Bien sabe de éstos la Torre del Homenaje de Sobradillo, topónimo con fuertes raíces galaico-leonesas, pues parece ser que proviene de alguno de la treintena de Sobrados que existen en Galicia. Detalles de su arquitectura tradicional, sus cruceros, puentes… nos trasmiten saudades del norte.
Curioso chozo abierto,
 utilizado por los pastores para el resguardo de los vientos y
 las lluvias del Oeste 

Las ruinas del franciscano Convento de Sta Marina de la Seca, nos servirán de referencia en los primeros pasos de la ruta. Hermanado con el de la Verde, con su misma advocación a la santa Marina y regentado por la misma congregación franciscana, sus apelativos Verde y Seca, hacen referencia al entorno en el que se asientan, el de Sobradillo, en medio de la desnuda llanura y el de Aldeadávila, al fondo del abancalado y frondoso arribe del Duero.
Al fondo Portugal y la Sierra de La Marofa.
Con antenas, La Marofa, hito orientador de la zona
A su derecha, en lo alto, el precioso pueblo de Castelo Rodrigo
Y a la derecha, Figueira de Castelo Rodrigo.
Tras la desamortización los dos corrieron el mismo destino: la ruina, aunque del Verde, se acordaron los ingenieros que diseñaron los servicios del poblado de la presa y fue rescatado; el seco, continúa quejándose a los húmedos vientos del oeste y con todo merecimiento forma parte de la lista roja del patrimonio en peligro.

Ruina del Convento de Santa Marina La Seca
Nuestro caminar nos llevará hasta el Águeda, que en esta zona sirve de frontera entre España y Portugal, que aprovecha su profunda trinchera, labrada con el ímpetu de sus aguas por entregarse al Duero. Su cuenca, pese a no ser muy extensa, se nutre de las cumbres de la Sierra de Gata, una de las zonas con unos índices pluviométricos más elevados de la península; eso sí, sus precipitaciones están concentradas en pocas jornadas lluviosas, por lo que sus avenidas son frecuentes y tremendas. Hoy lo hemos domesticado, tras la construcción del embalse de Irueña en su tramo medio, sacrificando para siempre, irrepetibles bosques de sus riberas. Después de un paseo por el río,
Enfilando los cañones del Águeda
volveremos hasta Sobradillo, donde podremos comer en alguno de los bares del pueblo. Hemos quedado con los responsables de la Quesería Abadengo, para que podamos adquirir alguno de sus quesos en el bar Remundín. 
Por la tarde subiremos a la Torre del Homenaje, hoy Casa del Parque. Podremos recorrer sus dependencias y asomarnos al horizonte que se divisa desde lo alto de la atalaya.

Convento de santa María la Seca

Observando aves.
Nos dicen que lograron ver: curruca rabilarga,
collalba negra, picogordo, rabilargo, cernícalo común,
roquero solitario ( simpático nombre ),
gorrion molinero y común, cogujada común,
 así como un un vuelo rápido de un gavilán...
y seguro que alguna paloma también.
Del conjunto tan sólo se conserva la iglesia, aunque han desaparecido los brazos del crucero. Tiene planta de cruz latina con una sola nave de tres tramos. El acceso se realiza a través de una puerta de arco rebajado cuya clave aparece adornada con una curiosa figura semihumana-semianimal. La flanquean dos pilastras dobladas, cuyo capitel se prolonga mediante dos ménsulas planas de forma bulbosa. Se remata mediante un frontón partido curvo, en cuyo tímpano se dispone un escudo de la Orden Franciscana, ovalado, con el cordón a modo de orla surgiendo de una talla de pliegues, como ropajes o pergamino. Sobre ella y bajo un arco de medio punto, del que se conservan todavía restos de su antepecho.

Águla real
En el costado Sur se levanta la espadaña, formada por un basamento rectangular flanqueado por aletones y dos cuerpos; el primero con dos vanos de medio punto y el segundo por un solo arco también con aletas. El interior se cubría con bóvedas de cañón con lunetos, actualmente desaparecidas, conservándose sin embargo sus arranques y amenazando ruina los arcos fajones, de sillería. Arrancaban éstos de una cornisa de sencillo molduraje sobre pilastras lisas entre las cuales se abren hornacinas, destinadas a sepulcros las dos de la cabecera. En la correspondiente al costado del Evangelio, se encuentra un escudo, similar en su labra al del exterior, con las armas de Maldonado, Rodríquez de Ledesma, Saavedra o Sotomayor y Figueroa. El crucero se cubría con cúpula sobre pechinas, cuyos arranques se conservan. El último tramo de la nave estaba ocupado por el coro, sobre bóveda escarzana.



El Águeda desde el mirador del Molinillo




CRÓNICA


A la izquierda Portugal, en la otra orilla, España
Como ya os dijimos, esta misma ruta la habíamos realizado hace tiempo, era el embrión de DeBotas. Una primavera, un puñado de amigos, nos enfilamos hacia la trinchera del Águeda. Allí nos sorprendieron la buena colonia de buitres, así como el verdadero bosque de chumberas que ocultan El Buraco. Fueron éstas, las que nos indicaron, que la próxima vez que volveríamos por allí, sería en otoño. La razón, la ausencia de los coloristas higos chumbos, que maduran al final del verano.
Olivos cultivados en bancales.
Titánico trabajo para tiempos de penurias
Acertamos, los higos, están ahora mismo preciosos, como veréis en alguna de las estupendas fotografías que nos ilustran y recuerdan la jornada, pero no contábamos con la sequía tan tremenda que estamos padeciendo. Aquel día se caminaba sin ningún problema, no así el domingo: con la falta de agua, las plantas están “tirando” de las reservas almacenadas en sus troncos y hojas, por lo que han perdido su verticalidad y se inclinan, por lo que al pasar junto a ellas, es fácil arrastrar un buen matojo de finísimos hilos, que en principio no molestan, pero que al rato, comienzan a escocer, cual ortiga; para que os hagáis una idea.
Lo malo, es que también se adhirieron a la ropa, mochilas… y aún, a día de hoy, continuamos quitando molestos pinchos de las prendas que nos pusimos aquel día.
Las previsiones meteorológicas hablaban de calor, y no fallaron. Fuimos precavidos y salimos temprano. Dejamos para el final de la jornada la visita a la Casa del Parque, instalada en la formidable Torre del Homenaje, que gracias a ello, se ha rescatado del abandono. No así el Convento de Santa María de la Seca, que sigue en tan lamentable estado y no visitamos, pese a tener sus llaves; el calor nos lo privó.

Reunión de buitres
En pleno vuelo
Higos de chumbera




He de reconoceros, que uno de los trabajos que más gratificaciones nos da, es el de quedar con los dueños de los bares de los pueblos, que en estos tiempos de vacas flacas, agradecen que les vaya un grupo tan numeroso, que además les ponga las cosas tan fáciles (les decimos que nos preparen café en jarras, que pagamos todo junto para ahorrar tiempo y líos de cuentas, hacemos una ordenada fila para no atosigarles, no nos gusta regatear por su trabajo…), pues se quedan muy satisfechos.
Palomar portugués
Esta vez recogimos los frutos de nuestro buen hacer, buen hacer de todo el grupo, ya que sin pensárselo, fueron con su vehículo privado a recoger a un par de participantes, a los que el calor (y eso que ya estábamos cerca del pueblo) les hizo mella.

Bosque de chumberas centenarias.
Pero siempre recordaremos el rugir del Águeda, esas pozas paradisíacas, esos buitres en lo alto de puntiagudas rocas o volando sobre nuestras cabezas, esas sendas por las que ya pocos se adentran, ese agujero en medio de la montaña, que sin él sería imposible bajar, o en nuestro caso subir del río, ese verdadero bosque de chumberas centenarias y esos miradores, con el río a nuestros pies y las tierras portugueses a nuestro frente.

Puedes y debes ver las fotos del madrugador Alberto.

La originalidad de Paco y sus retratos, realizados mediante la técnica del "robado". Nos dice que si alguien no quiere aparecer en sus fotografías, que nos lo diga, que sin problema se retiran esas fotografías.

Y el estupendo trabajo de José Luis.
En el Buraco

Sombras salvadoras



Descanso merecido
Desde las almenas de la Torre del Homenaje



¡¡¡HASTA PRONTO!!!




martes, 12 de septiembre de 2017

LA SENDA DEL CONVENTO


Domingo 24 de Septiembre

 Por el Parque Natural de Sanabria

Maravillosa luz en el mirador de san Martín
Al fondo la Sierra de La Culebra y la Peña Mira
A la izquierda brilla Pedrazales y a su derecha Galende


La alargada sombra de la iglesia



Muy buenas a tod@s.
Pues comenzado plenamente el curso, ya está bien de rutitas cortas, chapuzones, coloquios, compartir recuerdos veraniegos... debemos preparar una ruta en condiciones. Nuestro humilde calendario nos sugiere, una vez más, ir a tierras sanabresas. 
La podemos denominar como La Senda del Convento, pues hasta no hace tanto, los vecinos de la comarca e incluso de tierras mucho más lejanas, debían de subir todos los años hasta él para entregar las prebendas que las oscuras leyes medievales ordenaban tributar por el disfrute de las tierras sobre las que el Convento de San Martín de castañeda tenía dominio o jurisdicción.
Portada renacentista
de la iglesia del convento de San Martín
Nosotros realizaremos a pie el camino de vuelta, como si ya hubiésemos cumplido con los deberes eclesiásticos, y tendremos que llevar la misma actitud que ellos, con la  conciencia tranquila del deber cumplido. ¡Siempre ha habido Montoros!
Hemos decidido hacerla en ese sentido para que el perfil resultante sea de bajada, tan sólo 400 metros, y no por otro motivo. 
Comenzaremos nuestro recorrido a las puertas del convento cisterciense de San Martín de Castañeda, al abrigo del cual surgió una pequeña población con el mismo nombre.
Interior románico
Nave central de la iglesia del convento.
La austeridad escultórica es la marca del Císter
Caminaremos sobre antiguas calzadas, envidiablentemente bien conservadas, que nos sumergirán en el mar de robles que hermosean toda la comarca (¡por dios, que no se enteren los pirómanos!). Pasearemos por un puñado de pequeños pueblos donde el granito, la madera y la pizarra dieron y dan abrigo a sus habitantes.
Terminaremos la jornada, perdiéndonos (es un decir) en las callejas de Puebla de Sanabria, recientemente incluida en el selecto club de los Pueblos más Bellos de España, título que damos fe, está bien merecido. 

RESUMIENDO:

QUE MAÑANA A PARTIR DE LAS 16:00 podéis contestar a este correo con vuestro deseo de participar.
QUE LA RUTA PROPUESTA CONSTA DE 19 KILÓMETROS muy tranquilos, para que vayamos tonificando bien los bíceps.
QUE COMO SAN MARTÍN ESTÁ LEJOS, saldremos un poco más pronto de lo habitual, a las 7:30







Sanabria dispone de una formidable red de senderos tradicionales,
además bien sombreados, algo que el domingo agradecimos.

RUTA



La jornada comenzará en el propio autobús, pues una vez pasada la ciudad de Zamora, la carretera va paralela a la Sierra de La Culebra, con su ondulante silueta. Con muy poca suerte, podremos ver algún ciervo, que se despereza con los primeros rayos de luz.


Charlar, la mejor terapia del senderismo
Para que el viaje no se nos haga tan largo, hemos pensado que será mejor tomar el café como a media hora de nuestro destino. Lo haremos en la población de El Puente, tradicional lugar de encuentro y comercio de toda la comarca, donde todos los lunes se desarrolla un colorido mercado.

La última parte de nuestro viaje será el ascenso hasta San Martín de Castañeda, población que emerge del fantástico robledal que inunda toda Sanabria.

Pedrazales
Escudo benedictino.
La casa perteneció e hizo las veces de "sucursal"
 recaudatoria del convento de san Martín.
Nuestro camino a pie se iniciará a las afueras del pueblo, en un pequeño balcón desde el que se puede observar perfectamente el resultado de la acción de los inmensos glaciares, que se licuaron hace tan sólo 10.000 años.

Justo en la mitad del caserío se encuentra el convento cisterciense de Santa María.
Buen puente sobre el Forcadura.
Vigo de Sanabria
Precisamente al ser diseñado para la Orden del Císter, se debió de adaptar a las Reglas de San Benito, evitando la decoración y el lujo, no así las estilizadas líneas de un elegante templo románico, del que el historiador del arte Don Manuel Gómez-Moreno llegó a decir que... “Difícilmente podrá verse monasterio plantado en sitio más rebosante de hermosura que este: a media ladera de una sierra, cara al sol, entre huertas, praderas y bosques y teniendo a sus pies el Lago Sanabria, que bien podría rivalizar en fama y rendimientos con los de Italia...” .



Abandonamos San Martín sumiéndonos en la espesura del bosque de robles del que tan sólo saldremos en las poblaciones por las que pasemos. En ellas, predomina las paredes de piedra, irregular para fincas y cobertizos y bien trabajada en viviendas, mejor, cuanto más elevada era la economía de sus moradores. Y es que estamos en las puerta de Galicia y la fama o la maestría de sus canteros debió de extenderse también por estas tierras.

Pedrazales
Arquitectura popular sanabresa,
construidas con los materiales del entorno:
Granito, madera y pizarra


En nuestras marchas siempre suele haber un curso de agua al que nos gusta seguir. El domingo será el río Tera. Lo veremos allá abajo, desde San martín, lo cruzaremos en Galende y no nos alejaremos de él hasta que subamos a los adarves de Puebla de Sanabria. Su casco antiguo está enclavado en un espigón natural sobre el río, que le sirve de foso natural. Su ubicación estratégica, a pocos kilómetros de la frontera portuguesa, ha obligado a su fortificación desde antiguo. Escenario de tremendas batallas, ha logrado conservar de manera envidiable, tanto sus impresionantes edificios militares y religiosos, como su abigarrado caserío, lo que le ha valido para ser declarado, primero como Conjunto Histórico Artístico y recientemente ingresar en el selecto club de los pueblos más bonitos de España.











INTRODUCCIÓN


El Parque Natural de Sanabria y Alrededores, está ubicado en el extremo noroccidental de la provincia de Zamora. Concretamente en las faldas de las sierras Segundera, al Oeste y Cabrera, al norte.
 Abarca una superficie de 22.365 hectáreas de los términos municipales de Galende, Trefacio, Cobreros y Porto. Su altitud varía entre los 2127 metros de Peña Trevinca y los 1000 del Lago, lo que le confiere un clima muy lluvioso, con temperaturas frías.

Como curiosidad deciros que en Zamora cae una media de 400 litros por metro cuadrado al año,
mientras que en Sanabria se superan los 1400,
la misma medida que en Santander.
Galende
Tristemente los mejores exponentes
 de nuestra arquitectura tradicional
son las edificaciones abandonadas.


Todos estos factores, la altitud y la gran pluviosidad, favorecieron que en la última glaciación las zonas más altas permaneciesen cubiertas de una gran capa de hielo o glaciar de meseta. Debido a los desniveles, el hielo se fue deslizando por los valles, desgarrando las laderas y arrastrando cuanto encontraba en su recorrido, tierra, piedras, enormes rocas llegando a superar los 300 metros de espesor en el fondo del valle… a menor altitud, más temperatura, por lo que en la base del valle, el hielo se deshacía, acumulando todo ese material acarreado, formando una gigantesca presa natural (morrena frontal), creando lo que hoy conocemos como el lago glaciar más grande de la Península con 3 kilómetros de largo y 54 metros de profundidad.



Camino a El Puente.
Allí buscamos refugio, frente al calor, en sus numerosos bares.
La roca predominante es el granito, así como su variante, el gneis u ollo de sapo, que podremos ver en las construcciones de la zona. Para cubrir las edificaciones, incluso en la actualidad, se utiliza exclusivamente la pizarra, debido a su altísimo poder aislante frente a la humedad, así como por peso, resistente a los vientos.

El Puente
Su urbanismo se adapta para albergar el tradicional mercado de los lunes
Debido a sus contrastes de altitud y de orientación, en Sanabria podemos encontrar 1.500 especies vegetales, dependiendo de la luminosidad y temperatura a la que se encuentren. Además estamos en una zona limítrofe entre el clima mediterráneo y el atlántico

FLORA
En las zonas más elevadas, las condiciones son más extremas y sólo van a permitir la existencia de especies muy adaptadas, algunas verdaderas reliquias del glaciarismo.
El viejo camino entre El Puente y Puebla, sigue el curso del Tera
Por debajo de los 1.500 metros el bosque predominante es el robledal, con ejemplares jóvenes, ya que desde antiguo se ha explotado como parte de la economía de de la comarca, Su madera ha servido para la construcción y como combustible. En las zonas más húmedas el roble es sustituido por abedules, serbales y acebos.
Cerca de las casas, el hombre ha plantado castaños y nogales.

FAUNA
En cuanto a las aves, podemos encontrar rapaces como el águila real o el halcón peregrino.
Mamíferos como el desmán Ibérico con costumbres nocturnas, el corzo, el jabalí, y el emblema de la zona, el lobo, protagonista de cuentos y leyendas de Sanabria.

PATRIMONIO SOCIAL
Los helechos son los primeros que nos avisan de la llegada del otoño
Toda la zona entre Zamora, León, Orense y Tras os Montes portugués, tiene un fuerte lazo de influencias que se pueden apreciar en sus dialectos, sus trabajos,sus costumbres y en las formas arquitectónicas.En Sanabria se recuerda el dialecto sanabrés, su economía, de subsistencia, basada en la agricultura y la ganadería, ambas unidas a la hora de los trabajos, pues se utilizaba bueyes y vacas para el transporte de los frutos del campo, así como para su arado.

Impresionantes vistas de Puebla de sanabria
y el castillo de los Condes de Benavente
desde el viejo camino a El Puente
El edificio más importante del valle es el monasterio de san Martín de Castañeda, fundado en el s X por monjes cordobeses. A excepción de las iglesias parroquiales, en las que se aglutinaban todos los recursos, el resto de de edificaciones son viviendas y pajares construidas según los medios de los propietarios. Se utiliza el granito para los gruesos muros y pizarra para los tejados y chimeneas. Las cuadras y la cocina en el piso inferior, que calentaban los dormitorios del superior, en la que se abrían corredores orientados al sur, utilizados a veces como pasillos que comunicaban las habitaciones y como secaderos. Más adelante los corredores se cierran con acristalamientos. Aparecen las galerías, que abren un espacio a la luz y al calor del sol. Muy típico son los patines, o escalera exterior de piedra.


Puente sobre el río Castro
Curiosamente, abunda en estas poblaciones los hornos comunitarios. Algo que hoy simplemente sirve como mero armario para guardar las sartenes, siempre ha tenido un valor fundamental para el sustento de las personas. En ellos se preparaban las viandas de grandes celebraciones o algo tan básico e importante como es el pan.





CRÓNICA

Cuando diseñamos una ruta senderista, no es simplemente  unir dos puntos y ¡ala, a patear!, no. Se piensa en lo más importante, la distancia. Luego los desniveles. Lugares donde tomar el café, comer o para refugiarnos en caso de lluvia (¿qué es eso de la lluvia?).

Foto de grupo sobre el puente

La triste belleza de los camposantos
Dependiendo de la época  del año, hay que proponer zonas arboladas que nos den sombra si hace calor, que haya árboles si es otoño y así un buen número de combinaciones y de elementos a tener en cuenta.
En la salida al Parque Natural del Lago de Sanabria y Alrededores (se ve que discurrieron poco para ponerle el nombre), acertamos con la sombra, pues la jornada fue bastante calurosa y la agradecimos o más bien, que la echamos de menos allí donde brilló por su ausencia.

Monumental Plaza Mayor de Puebla de Sanabria.
En primer plano la iglesia románica de Nª Sª del Azogue,
Al fondo la Torre del" Macho", o del Homenaje de su castillo
y entre ambos la barroca capilla de San Cayetano

La ruta no se puede alterar, ya que desde tiempos remotos se utilizó para comunicar los pueblos de la zona con la “capital” económica, Puebla y con la espiritual y propietaria de las tierras, San Martín.
Tuvimos un serio problema a la hora de decidir en qué sentido la hacíamos, si descendente, más cómodo o ascendente, que la pendiente es muy suave y las rodillas no sufren tanto. Evidentemente, decidimos por padecer lo menos posible, que para eso está el resto de la semana laboral y los informativos de actualidad.

Calle con encanto
Precisamente lo más espectacular de la jornada lo tendríamos en los extremos de nuestro camino: el primoroso conjunto urbano de Puebla de Sanabria y la maravilla de la naturaleza que es el Lago de Sanabria.

Los que estamos acostumbrados a caminar y esforzarnos para llegar hasta lugares especiales, el ver el maravilloso espectáculo que tuvimos nada más bajar del autobús, nos da la sensación de que no lo saboreamos con tanta intensidad… pero ahí están las fotografías de nuestros reporteros, para refrescarnos los recuerdos y volver a ese maravilloso mirador, una y cuantas veces queramos.

Casa que perteneció al convento de san Martín.
En el escudo se pueden apreciar todos los elementos
de la casa de Pedrazales
encaTuvimos un acicate sobre nuestras cabezas: el horario de nuestro querido y paciente conductor, Miguel. En principio llevábamos el tiempo un tanto justo, por lo que tuvimos que sacrificar una visita a al maravilloso románico del convento de Santa María, en San Martín. Es lo que tiene estar al inicio de tan larga ruta. Pero una vez más, allí estuvieron bien atentos nuestros reporteros gráficos y quien tenga la curiosidad de ver parte de lo que atesora, puede ver sus fotografías, o mejor aún, volver a esas maravillosas tierras, con vuestras amistades, que ese es uno de los objetivos de DeBotas, que volváis y enseñéis los prodigios de nuestro entorno.

Aunque os podemos adelantar que en primavera volveremos a San Martín, para caminar, esta vez por la altiplanicie, a descubrir otros mundos.

Preciosa vista de la zona comercial de Puebla.
Y qué decir del otro punto caliente de la jornada: Puebla de Sanabria. Al preparar la ruta, debimos cambiar la entrada natural a la villa, por la zona baja del pueblo, por otra muchísimo menos utilizada. Se trata más bien de un postigo de la muralla dieciochesca, hoy utilizado para comunicar con el cementerio. Es la entrada directa a lo más alto de la población, así un@s entraron al bien conservado Castillo de los Condes de Benavente y subieron al Macho, que es así como se conoce a la contundente Torre del Homenaje . Otr@s, descansamos y nos hidratamos en las terrazas que se asoman al Tera y tod@s, tuvimos que bajar callejeando hasta la zona más baja, donde nos esperaba el autobús de vuelta, asombrándonos con esos frondosos jardines en miniatura, que son los balcones engalanados con flores.

¡Qué monos!
Y habrá que hacer mención al largo viaje, tanto fue que nos dio tiempo a afinar las voces y hasta los instrumentos musicales. Lo que no sabíamos era que llevábamos un profesional entre nosotr@s¡Vaya día! 







Para l@s que no pueden esperar, os paso los enlaces a las fotografías:
El buen trabajo de Vicente, que esta vez ha sido más madrugador.
El reportaje de Alberto.
La reseña visual de José Luis.
La mirada de Paco.

El mejor marco para la fotografía de grupo