Domingo 17 de noviembre de 2019
Por los Montes de Tras la Sierra
Es oír hablar del Jerte y al instante nos vienen a la mente
imágenes primaverales de millones de árboles repletos de más millones de flores
rosas y blancas. Pero hay otra época en la que cada cerezo que tapiza el Valle
del Agua se convierte en una gran flor y cada uno con su tono particular, entre
el ocre, el rojizo... y el suelo estampado de hojas sobre la alfombra verde de
la hierba recién rociada por las generosas lluvias del otoño.
Así, para el próximo domingo 17 os
proponemos participar de ese espectáculo minoritario, pero que a nadie deja
indiferente. Para ello queremos admirarlo desde un palco inmejorable, el Puerto
de Honduras. Alto que sortea las alturas de los Montes de Tras la Sierra, que a
su vez separan los valles de los ríos Ambroz y Jerte. Este camino arriero
siempre fue testigo del continuo trasiego de gentes y mercancías que ascendían
hasta allí con dificultad y paciencia, uniendo también las animadas juderías de
Hervás y de Cabezuela del Valle. Por ello hoy se la conoce como Ruta de Las
Juderías.
Serán 16 kilómetros, partiremos de la pequeña y coqueta
localidad de Gargantilla, ascenderemos con tranquilidad y sin prisas los 780
metros de desnivel que la separan del Puerto, para luego descender 980 hasta
Cabezuela del Valle, preciosa población que está galardonada con el distintivo
de Conjunto Histórico-artístico, lo que nos indica su alto valor urbanístico.
Como os dijimos, la ruta es corta, pero el desnivel es
considerable, por lo que la realizaremos sin prisas, disfrutando de los
hermosos y majestuosos robles que adornan la subida. A lo lejos contemplaremos
un colorido bosque de abedules, especie extraña en estas tierras. A nuestra
espalda las verdes llanuras de la Tierra de Granadilla.
En lo más alto se encuentra un modesto monumento a Los
Montañeros, donde recordaremos a nuestros compañeros que ya no están con
nosotr@s. Desde allí podremos ver las primeras nieves caídas ya en las cumbres
de Gredos.
El descenso se realiza primero entre piornos, que luego
darán paso a robles, algún aliso y castaños, hasta que abajo, al abrigo de los
rigores invernales, irán apareciendo los reyes del valle: los cerezos.
Nuestra intención es comer en uno de los mejores balcones
del valle, donde únicamente nos molestará el rugir de la casi invisible cascada
que cae desde él.
Deciros, que esta ruta, la realizaremos siempre que las
condiciones meteorológicas sean favorables, por lo que podríamos realizar otra
alternativa.
Si quieres acompañarnos en esta extraordinaria aventura,
debes esperar al martes 12 a partir de la 16:00 para
enviarnos un correo con tu deseo de venir.
Saludos, equipo DeBotas
MATERIAL GRÁFICO
Incansable, Paco siempre nos deja sus preciosas fotografías.
Como el día no estaba para grandes aparatos fotográficos, Alberto nos regala grandes instantáneas realizadas con su minicámara.
Aquí colgaremos el enlace de las de José Luis, que se hace desear.
Nos las acaba de enviar y dice que... "De Gargantilla por el Puerto de Honduras; con sus colores, nieblas y caminantes (desde la tribuna de casa)" Pincha aquí para verlas.
MATERIAL GRÁFICO
Incansable, Paco siempre nos deja sus preciosas fotografías.
Como el día no estaba para grandes aparatos fotográficos, Alberto nos regala grandes instantáneas realizadas con su minicámara.
Aquí colgaremos el enlace de las de José Luis, que se hace desear.
Nos las acaba de enviar y dice que... "De Gargantilla por el Puerto de Honduras; con sus colores, nieblas y caminantes (desde la tribuna de casa)" Pincha aquí para verlas.
Ruta desde el Valle de Ambroz al Valle del Jerte. (De Gargantilla a Cabezuela del Valle).
ResponderEliminarTípico día de otoño...
Niebla que empapa...
Lluvia que finalmente se impone y cala y recala en el frío húmedo de ropas y huesos...
Subida imponente con pocas vistas, pero buscando en lo bello... fantástico ascenso caminando dentro de las nubes y rodeada de sutiles rojos en los helechos cercanos...
Llegar a la cima del Puerto de Honduras y homenajear a quienes ya no están...
Y comenzar el descenso con la relajación que da tener los músculos distendidos después del esfuerzo de haber llegado a lo más alto...
Adentrarse en el valle a través de túneles verdes y ocres, decorados con nebulosas y muchos y bellos grises de película...
Disfrutar de la bajada acompañad@s por aguas revoltosas y ruidosas que van marcando la ruta y su torrentía...
Ojos abiertos y sonrisas alegres por la sorpresa paisajistica que deparaba el día.
Olor incansable a tomillo y a bosque recién salido de la ducha...
Robar y saborear uvas que ya nadie va a recoger...
Tocar el tiempo con las manos húmedas...
Poner en uso realmente los cinco sentidos...
Y disfrutar!!
Imposible describir mejor la jornada de ayer, muchas gracias, ha sido un placer leer sintiendo con los cinco sentidos.
EliminarNos dice Paco:
ResponderEliminarCon estos ingredientes climatológicos que nos regala la naturaleza la sensación en algunas ocasiones es estar en un lugar remoto y paradisiaco, con todo ello se me hizo corta la jornada….
Que pena que esos ausentes se hayan perdido una aventura exclusiva con el riesgo de mojarse un poco….donde los sentidos estaban en un estado de agitación continua….
Todo, claro , a la decisión de DeBotas.
Buenas tardes: He podido ver que además hicisteis un recuerdo a Ludi, Alberto y Enrique ...estupendas fotos , buena gente , bonito recuerdo que habéis hecho siento no haber estado, abrazos a todo al grupo DeBotas y como no a los organizadores Inés y Edu que se lo curran de lo lindo. Me alegro que hayáis desafiado al tiempo y tenido una gran jornada, abrazos
ResponderEliminarNos dice Alberto:
Eliminar¡Que gozada de día!y nos lo queríamos perder por un poquito de agua.
La subida un poco puñetera, la verdad, y no solo por la pendiente (que ya te vale), es que no se quien pone orden en ese sendero, pero están todas las piedras fuera del sitio.
Y lo de empezar a llover fuera de horas, ¡donde se ha visto eso!. Como se nota el desgobierno que genera la incertidumbre política.
Bromas y aguas aparte, el precioso paisaje que disfrutamos, solo se consigue con niebla, lluvia y soledad. Subiendo y bajando con esfuerzo se llega a sitios que son como son porque no tienen fácil acceso y ello les permite mantener su esencia primitiva y natural que es lo que, en el fondo, nos gusta.
En este caso, bien mereció la pena aguantar el chaparrón.
Un abrazo.
P.D. Hay que volver en tiempo despejado para poder disfrutar del impresionante paisaje a los dos lados del puerto.
Lo mejor que podemos tener en la vida es conservar la ilusión por alcanzar un objetivo. Cada domingo se nos cumplen nuestras metas y eso nos llena de placer, pero al poco, nos vuelve el desasosiego y aparecen nuevos retos… como volver a los lugares que ya conocemos pero hacerlo en distintas épocas del año. ¿Será una maldición?
EliminarP/d: Esta vez lo tienes fácil, al puerto se puede subir en coche... claro que no es ni mucho menos lo mismo.
Es un gusto compartir con vosotros este maldito gusanillo dominical.
👏👏Gracias
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