POR LA SIERRA DE BÉJAR Y CANDELARIO
Domingo 23 de octubre
Restaurante Beletri, en Béjar Buen lugar para un relaxing cup of café con leche & torrijas |
Tras arduos debates internos (con nosotros mismos), hemos decidido
realizar una ruta más otoñal, que no tengamos que madrugar, al abrigo de los
tupidos bosques y con el refugio de los más bonitos pueblos de nuestro entorno,
llegando a la conclusión de que el lugar idóneo es la zona baja de la Sierra de
Béjar y Candelario.
RUTA
Cantagallo, con su sabor tradicional |
Sabiendo
ya, el porqué del desayuno en Béjar, deciros que subiremos hasta el antiguo
camino de Béjar a Hervás, también conocido como de Santa Ana, verdadero cordón
umbilical de estos dos importantes núcleos económicos, con el resto de pueblos
que salpican las faldas de la Sierra de Béjar, como son La Garganta, Puerto de
Béjar y Cantagallo.
Al fondo Montemayor del Río |
Cedro de la Francesa |
Nos desviaremos de nuestra ruta, para contemplar un monumento vivo, el Cedro (del Atlas) Centenario, que crece en la finca la Francesa.
Pincelada otoñal |
Retomamos nuestro camino, para llegar a la Fuente del Lobo, donde destacan las vistas a la ciudad textil. Alguna fuente más nos separa de la plaza de toros del Castañar y el santuario, del mismo nombre, de la patrona de Béjar. Toros y religión, muy unidos en nuestra tierra, algo que se puede observar en otros lugares sagrados, como en la ermita del Cueto, la de Buenamadre, de la Peña del Castillo, en Villaseco de los Gamitos...
A un
lado dejaremos Llano Alto y su albergue, para descender al arroyo de Peñas
Gordas. Un buen puente de cantería nos ayudará a pasarlo; a su vera, las ruinas
de una fábrica de luz, llamada de La Beja. En esta zona saben bien cómo hacer
trabajar al agua que fluye desde lo alto de la Sierra.
Y en
corto tramo llegamos a Candelario, población que ha sabido conservar su
patrimonio y tradiciones. Lo más llamativo es el sonido de sus calles, en las
que unos canalillos, regaderas, traían el agua corriente a las puertas de
las antiguas casas. Antaño, un fantástico lujo, al alcance de muy pocos
privilegiados y en Candelario, al alcance de todos.
Otro
curioso elemento tradicional son las batipuertas, cancela que se coloca al
exterior de la puerta de las viviendas y que tendría varias funciones, como el
proteger las puertas de la lluvia y la nieve, no permitir el paso de animales
al interior de la vivienda teniendo las puertas abiertas; proteger al matarife
a la hora de matar a las reses...
Dentro
del patrimonio del pueblo, cabe destacar su iglesia parroquial, en la que
destaca el precioso rosetón de tracería gótica y el artesonado
mudéjar que cubre su cabecera.
Después
de comer, quedaremos delante del calvario de la ermita del Cristo del
Refugio, a la entrada del pueblo. Tomaremos el antiguo camino de Béjar, donde
nos encontraremos otros dos puentes de piedra. Pasaremos junto al albergue
La Canaleja, para en breve paseo, y con vistas al río Cuerpo de Hombre,
llegar a Béjar por Monte Mario y su esbelta iglesia neorrománica italiana,
construida tras la Guerra Civil.
Me he
olvidado hablar de robles, pinos, castaños, helechos, chopos, nogales...
CRÓNICA
Desde La Canaleja. Nubes amenazadoras. A la derecha Peña Negra |
En estos tiempos, que avanzan una barbaridad, estamos muy aplicados: que necesitamos saber dónde comer: ya no preguntamos a taxistas o farmacéutic@s, buscamos la aplicación Triadvisor y cual borregos, vamos al restaurante que nos aconseja. Que no sabemos dónde está el pueblo que queremos visitar. Para qué preguntar, utilizamos la aplicación Google Maps y para nosotros ya no existen indicadores, sólo tenemos ojos para el GPS. Pero, bendita tecnología, a veces se equivoca. Este domingo, tooodas las aplicaciones que tratan las previsiones meteorológicas, nos indicaban el grado de locura e insensated que medio centenar de senderistas llegamos a tener. Llover iba a llover sí o sí y hasta por la mañana oí que estábamos en alerta amarilla por fuertes precipitaciones...y el viento, con rachas de hasta 70 kilómetros por hora.
Todo el día íbamos como los pobres galos, mirando al cielo, a ver cómo se nos iba a caer encima.Cada vez que recordábamos las previsiones, pensábamos que lo vivido era un regalo y lo disfrutamos como tal. En resumidas cuentas, que únicamente nos llovió cuando ya estábamos en las calles de Candelario. Y sobre el viento, aquí quienes planificamos esta ruta tuvimos algo que decir, pues precisamente la elegimos por ir protegidos por el inmenso bosque del Castañar y por la
propia Sierra de Béjar, que nos hizo de abrigo de los
vientos del sur.
Este año el otoño viene muy
retrasado, las altas temperaturas que estamos disfrutando, propician que la arboleda esté remoloneando, y no le apetezca colocarse el pijama estampado para el sueño invernal.
Monte Mario, ya en Béjar |
Lo que más nos sorprendió y por lo que estamos muy orgullosos, es de nuestros seguidores, ya que pese a lo relatado, ha sido la ruta más concurrida de todas, cuando nosotros pensábamos que sería un fracaso absoluto. Nuestro más sincero agradecimiento a los participantes.
Ante todo , muchas gracias por compartir vuestras actividades a través del blog y además de ofrecer la oportunidad de participar en ellas. Enhorabuena por las fotos y las descripciones.
ResponderEliminarLa ruta fue estupenda, hermoso paisaje, magnífico bosque, buen tiempo, y además cerca. Como buen español, eres un genio improvisando.
ResponderEliminarUn abrazo.