Buenas tardes a tod@s.
El domingo 19 realizaremos una ruta circular de 18
kilómetros, con tan sólo unos 200 metros de desnivel.
Saldremos de Malpartida, en la provincia de Salamanca. Zona
de viejas fronteras, entre los reinos de León y el de Castilla, entre Salamanca
y Ávila, entre la meseta cerealista y la dehesa donde la encina da sombra
y alimento al ganado, entre la llanura arcillosa y la ondulación
granítica. En un sentido de la marcha veremos a lo lejos las cumbres del
Sistema Central: La Serrota y la Sierra de Piedrahita, más cerca la desconocida
Sierra de Ávila. Después de comer en Cabezas del Villar, las vistas serán hacia
el infinito de la llanura, que esperemos que aún conserve el verdor de esta
atípica primavera.
Si os apetece daros un paseo con nosotr@s el próximo
domingo, mándanos un correo mañana martes 14 a partir de las 16:00.
Saludos, equipo DeBotas
PRESENTACIÓN
Siguiendo las indicaciones de un folleto que había editado
el Ayuntamiento de Malpartida para promocionar la ruta Senderos
de los Molinos del Margañán, Inés y yo la realizamos el año pasado, ampliándola
hasta el vecino Cabezas del Villar. La ruta nos gustó, más que nada por ser algo
inesperado, en una zona muy poco atractiva para el senderismo.
Deciros que el río Margañán, que desemboca en el Almar afluente
del Tormes, es el hilo conductor de la jornada, nace en la Sierra de Ávila,
cuyos granitos forman parte de este sector del Sistema Central, junto con La
Serrota y la Sierra de Gredos. Precisamente la erosión de cientos de arroyos que
descienden de estas cumbres, son los que trasportan los sedimentos que se
depositan en la meseta en forma de
arcillas, rellenando en este caso las llanuras de Alba de Tormes y Peñaranda.
Justamente en Malpartida existe una falla, un escalón, abajo
dejamos la arcilla y subiendo ese escalón aparecen los suelos de granito. El
Margañán, debe descender ese desnivel y como no tiene poder erosivo como los
grandes ríos, ha ido desgastando las rocas formando grandes bolos entre los que
se esconde… ese lugar se conoce como las Cuevas. El río se oye, pero no se ve.
Esta diferencia de suelos condiciona la vegetación y la
fauna. Las llanuras son cerealistas donde destacan únicamente los bosques de
chopos que acompañan el curso de los arroyos estacionales, mientras que en la
zona alta, aparece el típico paisaje adehesado, donde las praderas dan frescor
a las encinas.
Si en Malpartida, Salamanca, con 100 habitantes no hemos
encontramos ni un bar, en Cabezas del Villar, en la provincia de Ávila con 300
habitantes, nos han hablado de cuatro. Ya os hemos comentado en otras
ocasiones, que los bares son un fiel reflejo del nivel económico de los
pueblos, ya que son lugares de ocio totalmente innecesarios. Por lo que cuantos
más bares hay, más actividad económica tiene la población.
Lógicamente, las construcciones en Cabezas del Villar son
todas ellas de grandes bloques de granito, destacando la iglesia de San Juan
Bautista del S. XVI.
A unos pocos kilómetros del pueblo, se encuentra el
despoblado de Zurraquín. Allí de construcciones ganaderas, sobresale la airosa
y extraña torre de un maltrecho castillo y cercana, una cuadra o ermita con
decoración de bolas, que nos habla del gusto constructivo del siglo XV
Castillo de Zurraquín
Aunque el escudo -un ave y tres estrellas de seis puntas
dividido por una cotiza o bastón- no ha podido ser identificado, podría
corresponder, según la inscripción, a un tal Galcerán de Barahona, señor
de esta Villa. La pareja de escudos, uno con el campo vacío, se debe a una
promesa de matrimonio que no llegó a realizarse. Probablemente con el dinero de
la dote se edificaría la torre, ya que el escudo de la mujer ocupa la
derecha, el sitio preferente. En un momento próximo en el tiempo, una vez
terminada la torre, ésta fue aportillada, es decir, a consecuencia de un ataque
con pólvora, se derrumbó todo el frente, lo que motivó su rápida
reconstrucción con un sistema más sólido. La iglesia debía estar ya terminada,
por lo que se optó por aprovechar los sillares de la nave, dejando la
cabecera y la espadaña, elementos suficientes para que la pequeña
comunidad asentada en las inmediaciones mantuviera el culto. Consecuencia de
esto es, por un lado, la presencia de dos sistemas constructivos en la torre y,
por otro, el vacío producido en la iglesia. En cualquier caso, tanto
el escudo y la inscripción como la estructura del castillo y el
estilo y decoración de la capilla fechan el conjunto a finales del siglo
XV. En el XVI, esta dehesa está relacionada, documentalmente, con la
familia de los Guieras; y en en el XVIII, el Catastro de
Ensenada describe el castillo entre las propiedades de los marqueses
de Bermudo.
VISITAS ADICIONALES
Iglesia del Salvador de Gajates
Gajates nació cuando estas tierras de Salamanca eran de
frontera; de hecho, esto es lo que significa su nombre en árabe,
"gayat", límite, un testimonio más de la profunda herencia musulmana
en estas aldeas salmantinas. Parajes en los que el rey ordenaba la fundación de
pueblos de colonización donde pudiesen asentarse los nuevos pobladores y en
todos ellos un elemento común, un edificio, la iglesia, donde la población se
reunía, tanto para orar como para tratar temas civiles y en caso necesario, se podían defender allí
de posibles ataques.
Iglesia de El Salvador:
En esta iglesia se refleja abiertamente la impronta mudéjar.
Sin embargo, no nos debe engañar su aspecto: es uno de los templos que más
conserva de su estructura románica. Dos tercios de los muros de la nave, además
de la cabecera, son originales, de principios del siglo XIII.
El ábside se divide en siete paños mediante pilastras o bandas. En cada paño
aparecen dispuestos tres niveles de arquerías ciegas, de medio punto y rosca
doble en los cinco paños centrales pero triple en los laterales. En la parte
central tres de los arcos están perforados por saeteras muy discretas, y la
superior enmarcada por un recuadro de alfiz y marcado relieve; el conjunto
aparece rematado por una cornisa de perfil de nacela.
En el presbiterio se levanta un cuerpo cuadrangular de
ladrillo creado en tiempo posterior.
En el interior el ábside, limitado por un arco triunfal de
medio punto, aparece cubierto por una bóveda de horno. Se muestra con dos
niveles de arcos ciegos de medio punto de rosca doble, ocho en el cuerpo
inferior y siete en el superior. El presbiterio muestra también dos cuerpos
superpuestos de arcos ciegos de doble rosca y de dimensiones mayores.
Cómo lograr estos efectos con un material tan modesto como el ladrillo es uno
de los misterios del mudéjar. Solo lo explica la mano experta y sensible que
estuvo detrás, la de un verdadero artista. Es un arte propio de los siglos XII
y XIII, con nuevo florecimiento en los siglos XVI y XVII de la mano de los
carpinteros mudéjares. Muchos arquitectos españoles reclamarán esta tradición
en lo que se ha denominado arquitectura neomudéjar.
Santiago de La Puebla
El comienzo de su construcción tuvo lugar cuando agonizaba
el siglo XV y de ahí que se resolviera con las formas propias del gótico
hispano-flamenco, derivado en este caso de soluciones abulenses, en particular
de la iglesia de Santo Tomás, y en ese sentido es el ejemplar más logrado de la
provincia. El núcleo de la iglesia levanta tres naves, más alta la central,
individualizadas por pilares fasciculados, y capilla mayor poligonal precedida
por un tramo recto; además tiene un crucero sobre el que se construyó un
cimborrio bien marcado en altura; a ello hay que añadir al mediodía la
sacristía y al septentrión la capilla del Licenciado Toribio Gómez de Santiago
o de la Concepción. Todo el edificio, de muy buena vóveda y fuerte, se cierra
con cubiertas de crucería con terceletes y combados, a excepción del añadido de
poniente, realizado cuando mediaba el siglo XVI, que incluye una tribuna y una
portada con arco semicircular, medallones con los bustos de San Pedro y San
Pablo y columnas corintias sobre pilastras en cuyos intercolumnios hay
doseletes y repisas. El exterior del templo es sencillo y sólo se anima por los
contrafuertes, ventanas con arcos de medio punto y la cornisa pometeada; la
riqueza decorativa se concentra en la portada, resuelta entre pilastras llenas
de baquetones, con repisas y doseletes y que en lo alto rematan con pináculos;
la puerta voltea arco escarzano entre arquivoltas que se prolongan en la parte
superior, cerrando la exterior en un conopio con cardinas; remata con una
crestería calada.
Con ser buena la arquitectura, queda superada por el capítulo escultórico,
concentrado en la capilla de Gómez de Santiago, con obras de Bigarny y Diego de
Siloe. A comienzos del siglo XVII se ponderaba tanto la fábrica como el retablo
y la rexa de yero dorada.
Destaca la capilla de la Concepción, en la que se encuentra un retablo del
renacimiento español, atribuido a Diego de Siloé, aunque alguna talla bien
pudieran ser de Berruguete; en el centro se encuentra el sepulcro de los
fundadores, el Lic. Toribio, Consejero de los Reyes Católicos, y su mujer,
según la inscripción.
Es curiosa la presencia de un cocodrilo disecado en uno de los pilares cercanos
a la entrada. Se cuenta que éste engulló a una niña mientras varios pequeños
jugaban junto al río Margañán. El lagarto se tumbó después al sol para reposar
y los vecinos fueron en su busca, le capturaron y con un golpe de hoz le
seccionaron la cabeza para después rescatar viva a la niña, lo que se consideró
un hecho milagroso. El ejemplar procedía del río Orinoco y se trajo en uno de
los viajes tras el descubrimiento de América como un presente para el
Licenciado Toribio Gómez, natural de este pueblo y consejero de los Reyes
Católicos.
Nos dice Paco:
ResponderEliminarBuenas, me encanta descubrir nuevos territorios y dejarse sorprender por esos rasgos simples y desconocidos, en fin una ruta preciosa, con un recorrido muy peculiar y bastante cercana. Como siempre esencia y fondo en cada viaje por la naturaleza.
Un saludo.
Chicos, una vez más, debo quitarme el sombrero ante vosotros. Zona que tocáis, zona que le sacáis el máximo provecho. Nos lleváis a esos rincones por caminos imposibles, por los que seguramente ni la gente del pueblo se atrevería.
ResponderEliminarY además ayer lograsteis sorprendernos a todos. En Peñaranda, zona con nulo encanto para el senderismo, nos llevasteis a ese maravilloso valle, con esos formidables miradores, con esa eficacia en la planificación (bares, iglesias a visitar, sendas y ríos que cruzar...).
Creo que la gente no es consciente de qué tenemos para nosotros cada quince días. Simplemente, daros las gracias y la enhorabuena a los dos y que podamos seguir disfrutando de vosotros.
Un abrazo, Carlos
Nos dice Alberto:
ResponderEliminarSorprendente, fue la palabra del día. Nunca pensé que pudiera haber esos paisajes por esa zona. Las iglesias que visitamos, aunque no seamos muy de misa, también fueron una muy grata sorpresa. Cada una en su aspecto, espléndidas.
Y la arquitectura popular, me resultó sumamente interesante. Esa peculiar combinación de adobe, ladrillo y piedra, me ha gustado mucho.
Muchas gracias, por seguir curándonos de ignorancia.
Un abrazo.
Este domingo habrá una actividad deportiva donde se pondrá en alza la belleza de esos parajes de Malpartida que destacais en vuestro post. Bonita zona para andar, correr o montar en bici. Cuidemosla. Gracias por venir y ensalzarla a pesar de que no os hayamos podido ofrecer un bar.
ResponderEliminarNos cuenta Concha:
ResponderEliminarOs mando un saludo y os felicito por el precioso reportaje de la excursión del día 19. Soy de Cabezas del Villar. Nos vimos en la calle, yo estaba con mi madre de 96 años. Un abrazo