miércoles, 3 de enero de 2018

ENTRE LA SIERRA Y LA DEHESA



Domingo 14 de Enero de 2018

Valle del Ambroz, por los Montes de Tras la Sierra



Circunvalación a Béjar detrás de la máquina quitanieves, aunque la carretera no estaba mal.
Esto es Castilla.


Jarilla, Extremadura, donde nunca llega el invierno.





Aún empachad@s por los excesos del inicio del año, con tanta comida, bebida (pobre hígado), wassaps y felicitaciones y ya hay que ir pensando en la primera salida del 2018 con el Grupo.

Para el día 14 os proponemos una ruta entre las templadas localidades extremeñas de Jarilla y Plasencia, que las separan 20 llanos y tranquilos kilómetros.

Dicho esto y como sé que much@s no leéis los correos, aprovecho para reconocer que llanos, llanos, no son. tendremos una rampa de 140 metros de subida y 180 de bajada, lo que en Plasencia se conoce como la Ruta del Colesterol. 
Por otro lado, realizaremos la ruta en un sentido u otro, dependiendo del tiempo meteorológico que tengamos ese día, para así hacer coincidir la comida con un pueblo, en el que dispondremos de amplio bar, en caso de lluvia.
Hace no mucho tiempo, realizamos lo que se conoce como "previa" para conocer los caminos por donde pasaremos. Pese a la tremenda sequía que estamos padeciendo, nos sorprendió el verdor de las dehesas por las que caminamos, así como la maravilla de camino empedrado que asciende hasta el puerto de la dehesa de Valcorchero. Con este topónimo, os podréis imaginar, que el arbolado que predomina en esta zona es el alcornoque,  mientras que en las zonas bajas, se alternan con encinas.
Estaremos caminando por la importantísima calzada que unía Plasencia con la Vía romana de la Plata y por lo tanto con el norte extremeño y con el antiguo reino de León.
 En lo más alto de esta ruta se encuentra la ermita de Santa María del Puerto, no confundir con el Puerto de Santa María. En ella está la Patrona de la ciudad.

Bueno, si entre los propósitos para el nuevo año, se encuentra el hacer ejercicio, o el no perderte ninguna de nuestras aventuras y deseas venir, debes hacérnoslo saber contestando a este correo, a partir de mañana miércoles a partir de las 16:00.



Iglesia de Jarilla, con su torre exenta o separada del templo.

Aquí las plantas no se hielan
Paisaje entre el monte...
...Y la dehesa, en el valle del Ambroz

¡Qué majos!
Un placer caminar por las callejas, en grupo...
...O en soledad.
Ahora el otoño está a nuestros pies.
Estampa primaveral.
Como setas

Villar de Plasencia
Elegante conjunto.
Migas extremeñas y tortilla española, para acompañar el café colombiano.

¿QUÉ HAREMOS ?

Iniciaremos nuestro caminar en el pequeño y coqueto pueblo de Jarilla, en pleno valle del Ambroz, a la sombra de los Montes de Tras la Sierra, que nos separan de El Jerte.
en casi todo el recorrido tendremos unos paisajes bien definidos: a nuestra izquierda el monte, con sus viejos robles y castaños; a nuestra derecha, la llanura adehesada de las Tierras de Granadilla. A nuestras espaldas las cumbres del Sistema Central: los montes de las Hurdes, la Sierra de Francia, y la de Lagunilla. 
Saldremos de Jarilla por la Calle Real, nombre que nos habla de la importancia de la vía por la que caminaremos. 
La mayor parte de nuestro itinerario pasearemos por la dehesa extremeña: amplias praderas, salpicadas con encinas y alcornoques, donde pasta el ganado vacuno y porcino, preciado hábitat de nuestro entorno.
En Villar de Plasencia, entroncamos con la Cañada Real Vía de La Plata y con el ramal del Camino de Santiago que parte de Plasencia, por lo que veremos las típicas flechas amarillas en muros y cancelas.
Del pasado de Villar nos hablan su gran iglesia renacentista y el lujoso puente de piedra que nos despide a las afueras, formando un encantador conjunto, con una fuente y la ermita de San Antonio.
Más de un rincón de nuestro recorrido nos recordará la imprescindible película "Los Santos Inocentes", novela de Miguel Delibes y que tan bien llevó Mario Camús a las grandes pantallas: el verdor de las praderas, los grandes caseríos, las solitarias casuchas...
Sin darnos cuenta, estaremos caminando entre paredes de piedra y pavimento enlosado. Estaremos iniciando la ascensión al Puerto del Camino de Castilla.
Lo que más nos impresionó, es el poco conocimiento que de este fantástico e importante camino hay en la zona. Hablamos de la vertiente de ascenso, ya que desde la cima del puerto hacia Plasencia, es un paseo habitual para los deportistas placentinos, por lo que veremos gente en bici de montaña, caminantes, corredores y visitantes que ascienden hasta la ermita de la Virgen del Puerto.
Enclavada en la Dehesa municipal de Valcorchero, es lugar de romerías, pues en ella se haya la patrona de Plasencia; allí los berrocales dejan espacio para las verdes praderas, para encinas, robles y para los alcornoques, cuya corteza, da nombre al entorno, valle del corcho, Valcorchero.
Descenderemos por el zigzagueante camino ahora mal empedrado, hasta un punto en el que lo abandonaremos por unas sendas que se abren paso entre el laberinto de peñascos y nos llevan a porteras y pasos sobre las paredes que delimitan las fincas, para llegar a la ribera del río Jerte.
El problema de nuestra ruta era unir la Calzada de Castilla, con el Centro Histórico. Nos separan tres kilómetros, ya que en los últimos años, urbanizaciones, polígonos industriales y demás avances urbanísticos, han desparramado el hormigón de nuestras ciudades y Plasencia no podía ser menos. 
Aquí el Ayuntamiento placentino nos ha echado una mano, y ha creado un paseo fluvial que sigue las orillas del Jerte, que nosotr@s aprovecharemos.

En un lugar estratégico, nos esperará nuestro autobús, para poder dejar las mochilas y realizar cómodamente una visita turístico-festiva a la preciosa ciudad.

Villar de Plasencia
A juego con el cielo.


Primoroso conjunto de puente...

...fuente y ermita.

Chiviteras.


Fuente escalonada; caminamos por una vía pecuaria,
 la Cañada Real de la Plata

Al fondo el Sistema Central. El monte más agudo es La Sierra del Castillo,
En La Herguijuela
Sol de invierno


Color del alcornoque.

Fantástico camino empedrado, escoltado por alcornoques varias veces centenarios
que nos regalan su sombra
La Sierra de Dios Padre y las nubes, nos impiden ver la nieve del Jálama, al fondo.



Ermita de la Virgen del Puerto, a sus pies El Jerte.
Balcón al Jerte, con las cumbres de Gredos nevadas.






















Plasencia
Las ciudades actuales se desparraman sin mesura.
A la derecha el hospital y el Palacio de Congresos,
al fondo las cumbres de Monfragüe


















Al abrigo de los vientos del Norte y al calor del sol del Mediodía.
Aunque tanto Jarilla como Villar de Plasencia pertenecen administrativamente a las llanas Tierras de Cáparra, creemos que geográficamente su entorno se asemeja más al  del Valle del Ambroz, como lo son los pueblos de Casas del Monte o Gargantilla. Su enclave al abrigo de los Montes de Tras la Sierra y la abundancia de agua que desciende de ellos y que tributan en el Ambroz, así lo atestiguan.

Iniciaremos la marcha en Jarilla, con tan sólo 140 habitantes y tomaremos dirección sur, hacia la vecina Villar de Plasencia, siguiendo borrosas señales amarillas que pintamos hace 9 años, para animar a pasear por este precioso camino, entonces prácticamente desconocido.

En todo el recorrido veremos verdes dehesas, donde pasta el ganado vacuno a la sombra de encinas y alcornoques, tesoro de la biodiversidad.
Por otro lado, el monte, con su bosque ahora desnudo de hojas, formado principalmente por robles.

A lo lejos veremos la elegante torre renacentista de la iglesia de Villar de Plasencia, con 234 habitantes. Allí nos espera el cafetito en el bar Zurbarán (los extremeños tienden a ser muy cultos).
En esta población tomaremos la Calzada de Castilla, la Cañada Real de la Plata o El Camino de Santiago de Plasencia, que todos utilizan el mismo camino. Prueba de la importancia que tuvo este camino, es el magnífico puente que cruzaremos y que salva el Barranco de la Oliva. Tan pomposo nombre, para un humilde arroyo.
Poco a poco, la ruta se va acercando a la sierra del Gordo, se encaja entre paredes de piedra, se enlosa su suelo e inicia el ascenso al puerto de Valcorchero. Estamos pasando del Ambroz al Jete.
En el alto, la Ermita o santuario de la patrona de Plasencia, con su virgen y sus vistas.

Descendemos hasta tocar las casas de Plasencia 41.000 personas, que contrastan con las 13.000 de Béjar o los 13.000 de Ciudad Rodrigo y se aproxima más a los habitantes de Ávila o Segovia, con poco más de 50.000.
Daremos un rodeo para llegar hasta el autobús, utilizando un paseo fluvial a la orilla del Jerte.

Descenso a El Jerte.
Paseo junto al río que nos lleva al casco histórico.

Puente medieval 

PLASENCIA, LA PERLA DEL VALLE DEL JERTE
La ciudad fue fundada por el rey Alfonso VIII de Castilla en 1186. En el escudo de armas que le concedió el monarca, se lee “Para que PLAZCA a Dios y a los hombres”, de estas palabras proviene su topónimo.
Emplazada estratégicamente, controlaba la vía de la Plata, que sube al reino de León, la calzada que ascendía por El Jerte y de allí a Ávila y Castilla, además la que va a La Vera. La propia Vía de la Plata, fue frontera con el reino leonés y no muy lejos los árabes lanzaban sus terribles razzias o incursiones de castigo. Como curiosidad, en una de ellas, se llevaron prisioneros a 150 placentinos y se les condenó a trabajar en la construcción de la mezquita de Marraquech.

MURALLAS
En 1197 se construyen, utilizando un sistema constructivo similar a las de Ávila, con sus torres semicirculares, adosadas y con las almenas triangulares o cuadradas.

CATEDRAL
Al igual que Salamanca, existen dos catedrales, una primitiva, la Antigua, del siglo XIII y XIV en estilo románico de transición al gótico y una Nueva, del  XV, que sustituiría a la anterior, pero que quedó paralizada en 1578.
 En el caso salmantino, la Catedral Nueva se construyó al lado de la Vieja, sin derribarla, aunque la intención era levantar en su lugar el nuevo claustro, proyecto que nunca se realizaría.
En la placentina, se derribó la cabecera de la Vieja y se levantó media catedral Nueva, por lo que en realidad tenemos  dos medias catedrales.

La Antigua:
Conserva la Torre de las campanas, el Claustro, la portada occidental o principal, así como las naves nerviadas de los pies. Al igual que otras catedrales construidas en la época de la Reconquista, no disimula su función defensiva, con aspecto cerrado y almenado.
A destacar La Torre de la Sala Capitular, popularmente llamado del Melón, debido a su remate en bola estriada y  que sigue las directrices del grupo de cimborrios leoneses, La torre del Gallo, la de la catedral zamorana y la de la Colegiata de Toro, con influencias francesas y lombardas, decoradas al exterior con escamas y gallonada en el interior.

La Nueva:
Se inició en 1498, en ella trabajaron los mejores arquitectos de la época, entre ellos, de Juan de Álava (fachada Universidad), Diego de Siloé (Colegio Fonseca), Gil de Hontañón  (Palacio de Monterrey).
Conserva dos portadas-retablo del mejor plateresco. La principal de Juan de Álava y la opuesta, por Diego de Siloé.
El interior consta de tres naves dispuestas a la misma altura, 26 metros, separadas por columnas. De sus basas parten los nervios, ramificándose por las bóvedas de crucería, creando un efecto de gran belleza, incrementado por la policromía de pan de oro.
El monumental retablo barroco es de Gregorio Fernández.
A destacar también el magnífico coro Gótico, que se trasladó de la Catedral Vieja.

PALACIO DEL OBISPO
Del Siglo XV a destacar sus chimeneas similares a las del palacio de Pasarón de la Vera.

PLAZA DE SAN VICENTE FERRER

En el mismo lateral de la plaza se levanta el convento, hoy Parador de Turismo, de Santo Domingo y el Palacio de Mirabel . Todo el conjunto de edificaciones se debe a los segundos Condes de Plasencia, Álvaro de Zúñiga y Leonor Pimentel y se unen por un singular jardín colgante, abierto a la plaza y decorado con columnas y esculturas romanas, procedentes de Cáparra y Mérida.

Alfonso VIII, fundador de Plasencia en el 1185

La Puerta del Sol placentina.
¿El Patio Chico?, no la Plaza del Enlosado, de la catedral de Plasencia.
Como la charra, tenemos un cimborrio románico bizantino o Torre del Melón,
junto con una portada renacentista.
 A la derecha otro elemento de la catedral Vieja, la Torre de las Campanas
Fantástica gárgola.

Fachada de Juan de Álava, del mejor plateresco

Chimeneas del Palacio Episcopal. Belleza, elegancia e imaginación.

Plaza de San Vicente Ferrer
Iglesia del mismo nombre. El resto, palacio de Mirabel,
con su portada-pasadizo y su jardín colgante 

Palacio de Mirabel, portada renacentista.

Ayuntamiento y Plaza Mayor
Murallas, realizadas en la misma época y técnica que las de la vecina Ávila.

Callejear por Plasencia.

CRÓNICA

Dos son nuestros objetivos con nuestras aventuras quincenales: caminar por senderos con un entorno lo más bonitos posibles y enseñaros lugares para que, por vuestra cuenta, volváis y profundicéis en ellos.
Sobre el primer punto, como diría Mariano, “eso ya tal” y sobre el segundo, deciros que ayer os intentamos y creo que conseguimos, meteros el gusanillo de volver a visitar Plasencia con más detalle: su maravillosa Catedral, que más bien recuerda a un rompecabezas donde cada pieza nos habla de su origen; su conjunto monumental, cuyas murallas abrazan con primor un conglomerado de palacios e iglesias, aderezados con un entramado urbanístico envidiable y vivo...
Volviendo al primer punto, ya me habréis leído en más ocasiones, lo que decía Don Miguel de Unamuno, aquello de que le encantaba Castilla comparándolo con su siempre verde Norte natal; allí uno ya está acostumbrado a tanta exuberancia, mientras que en Castilla, se sorprendía al tropezarse con la originalidad de Arribes, Gredos, etc, en medio de la llana monotonía mesetaria.  Por otros motivos, pero eso mismo nos corrió ayer, después de una semana machacándonos, los medios de comunicación, con el mayor de los infiernos climatológicos que íbamos a padecer quienes osáramos salir de casa el domingo. Pues resulta que nos hizo un día perfecto para nuestra actividad: sin viento, que nos desasosiegue e incremente el frío,  con un sol para que lo disfrutara nuestra piel y nuestra alma y con una temperatura en la que hasta brotan flores en las praderas… estamos en Extremadura, que no es ni extrema, ni dura.

Claro, que del viaje, también disfrutamos: en la ida, del espectáculo de la nieve, calentitos en el autocar y a la vuelta, con el “Micro Abierto” que ya es un clásico en nuestras salidas… claro está que será mientras Miguel, el conductor, que es quien manda, nos deje.

Aquí ya tienen su espacio las fotografías que nos regalan...

...los asíduos:




El audio de Vicente, con música del DeBotero Fernando Maés.

El trabajo de José Luís


Las fotografías que he colgado en el blog, no son las mejores, son las que he necesitado para contaros unos apuntes de la jornada. No os perdáis el resto.

Foto de grupo en la ermita de la Virgen del Puerto.



5 comentarios:

  1. Un inicio del calendario senderista con una asociación de todos sus elementos en plena consonancia, que bien, que maravilla, quien lo superara… Hasta un cambio de habito en café rompió la rutina y demuestra una vez mas las habilidades de sorpresa de estos nuestros organizadores….

    Para aquellos que no tienen Facebook y desean ver las otras fotos de unos aventureros y maniáticos del senderismo ahí va el enlace: https://photos.app.goo.gl/IIFBjVik4rddAU9F3

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    1. Veo que las fotos de las que mandas el enlace son de un día espectacular por La Alberca el domingo pasado. Dan ganas de meterse en las fotografías para tocar la nieve.
      Y sí, nos salió un día muy variado y distinto. Gusta saber que no fuimos los únicos que disfrutamos con él.

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  2. Nos dice Alberto:
    Un día estupendo. Después del susto de ver cómo estaba el asunto antes de llegar a Béjar, se quedó un día magnífico para caminar y disfrutar de esta casi primavera que se gastan en Extremadura.

    Será como dice el refrán, a gran miedo gran misericordia.

    Un abrazo.

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    1. Sobre el susto de la nieve, nosotros estábamos tranquilos, pues pasamos por allí el domingo pasado cuando más nevaba y no tuvimos problema y mucho menos en la templada Extremadura.

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  3. Una Jornada extraordinaria en una grata compañía, nos acompañó el tiempo e incluso el quitanieves en algún momento. Una ruta muy bonita, no paráis de sorprendernos. Gracias Inés y Eduardo.
    Un abrazo.

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