jueves, 10 de marzo de 2016

GASTRORRUTA POR EL ARRIBANZO ZAMORANO


Domingo 20 de Marzo de 2016


PRESENTACIÓN:
¿Qué plan tienes para el domingo? ¿Sofá, tele, siesta escuchando el Carrusel Deportivo, pensar en el lunes…?
¡¡¡NOSOTROS TENEMOS OTRA ALTERNATIVA!!!:
Fotografía de grupo, el Duero de fondo
Si te gusta el arte: Te enseñaremos castros prerromanos, verracos, estelas romanas, iglesias barrocas, una catedral, un fuerte que vigila Portugal…
Si te gusta la arquitectura popular: Cuadras, viviendas, cortinas que cierran propiedades, puentecillos, molinos, chiviteras…
Chiviteras de Torregamones
Si te gusta la gastronomía: Comeremos en Portugal, no hay más que decir… bueno, sí, ¿sabes qué es la posta?
Si te gusta la diversión: Tienes charla y risas aseguradas.
Si te gusta la Naturaleza: Caminaremos por las Arribes zamoranas, veremos los cañones más verticales, los regatillos llenos de flores, las praderas verdes…
Si te gusta el senderismo: Realizaremos una ruta de unos 18 klómetros, sin apenas desniveles.
Si algo de esto te apetece: puedes apuntarte contestando a este correo, que aún quedan (pocas) plazas libres.


CRÓNICA

Villardiegua, estela romana y pequeño verraco Vetón
Con precisión casi suiza, fuimos cumpliendo nuestros compromisos. Frente al autobús y  antes de tomar el perceptivo café de inicio de jornada, Villardiegua nos recibió con sus mejores galas histórico-artísticas: una estela romana sobre un pequeño verraco. Un poco más lejos, junto a su iglesia, una magnífica pieza de un gran verraco también de origen Vetón, aquí llamado La Mula. Tanta importancia debieron tener  éstos en nuestro pasado, que el nombre de la población está claramente asociado a él. Otra curiosidad arqueológica, es la piedra de forma fálica que se encuentra empotrada en una cortina, frente a la cabecera de la iglesia,  y que se la asocia a ritos reproductivos. Todo este legado se ha ido trasladando desde el cerro de Peña Redonda o de San Amede, al que íbamos a visitar más tarde, un asentamiento celtíbero, precedente del pueblo actual.

Típico camino sayagués
Después del café y la tortilla, nos dirigimos hacia el padre Duero. Curiosamente toda la comarca está cerca de él, pero son contadas las poblaciones que se asoman a sus precipicios. Si lo pensamos bien, es lógico, mejor posicionarse en medio de la tierra a cultivar, que arrinconarse junto a unos farallones donde únicamente las cabras son capaces de arrancarles algún rendimiento. Incluso su agua: demasiado lejana para saciar la sed y con un caudal  descomunalmente variable, como para poder  aprovechar su fuerza… hasta la aparición de los grandes embalses. Curiosamente fueron las pequeñas riberas las que cumplieron esa función y sus aguas fueron aprovechadas al máximo, construyendo ingeniosos y estéticos rosarios de molinos en las zonas de más pendiente, justo antes de que las aguas se fundiesen con las del Duero. En nuestro caminar, pudimos ver y disfrutar dos, la del Arroyo del Pontón y las del Fenoya

Senderista (Alberto) al borde del Despeñadero de la Siniestra
Es curioso cómo la zona salmantina de Las Arribes se está explotando su potencial turístico, mientras que por el contrario, la ribera zamorana, está mucho menos promocionada y conocida. Y como pudimos comprobar, atractivos tiene: el Despeñadero de la Siniestra, es sin duda, el tramo de río más angosto, aprisionado además por unas paredes prácticamente verticales. Hasta él llega el río, aún libre del encarcelamiento que le infringen el escalonamiento de embalses que se construyeron en el siglo pasado. Éstos tuvieron una función secundaria, pero fundamental para la zona: la de comunicar ambas orillas. Aguas abajo de Zamora, únicamente el puente metálico de Requejo cumpía esa fución. Esta carencia se subsanaba con barcas o con tirolinas. Junto a San Amede se encuentra el Paso de las Estacas, que recuerda esa práctica, ligada al contrabando. Vado o barca, es lo que debió de haber bajo la ciudad de Miranda do Douro, ya que del lado español, se construyó lo que hoy son las ruinas del Fuerte de los Franceses o Nuevo, para controlar ese paso e incomodar con su siniestra silueta a los vecinos portugueses.
Sé Catedral de Miranda
Hoy somos muchos los que pasamos el “barragem” de Miranda para saborear la cocina portuguesa. Nosotros hicimos otro tanto: tomamos la calzada Mirandesa, nuestro autobús nos facilitó y de qué manera, la subida a Miranda y nos deleitamos con el bacalao, la posta y sus postres. Después de saciar tanta sed con buen agua, cerveza, vinito de la tierra, champán y algún chupito que otro, la vuelta a Salamanca resultó de lo más melódico y divertido… no sé si pensará lo mismo el pobre José, el conductor. No le preguntaremos por si acaso…


Posta mirandesa.

Si quieres ver las fotografías que de la jornada hizo Alberto

Y la mirada de Eduardo

6 comentarios:

  1. Se me pasó avisar que las 4 últimas fotos no son mías, son de Dori, que tiene otro punto de vista.
    Todavía no tengo un dron para hacer los selfies, pero estoy en ello.
    Alberto.

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    1. Bueno, droneees. Las cámaras también tienen disparo automático... pero mejor lo hace Dori.
      Saludos, Eduardo

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  2. Enhorabuena, Inés y Eduardo por lo bien que os salen vuestras rutas. Claro, que también os lo curráis. Enhorabuena también para los que podéis disfrutar con ellos.
    Saludos cordiales, Fernando García.

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    1. Gracias por tus halagos, a ver si te animas a venir y lo vives en propia persona.
      Saludos, Inés y Eduardo.

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  3. ¡Cómo huele la posta!¡Vaya pinta!¡Cómo os lo pasáis! ¡A la próxima me apunto!
    María R F

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    1. ¿A la próxima caminata o a la próxima gastrorruta? Te esparamos.

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