lunes, 25 de septiembre de 2017

ARRIBES DEL ÁGUEDA



Domingo 8 de octubre de 2017
Sobradillo, preparativos.

Aún calentitas las fotografías de Paco y ya tenemos que preparar la próxima salida.

Consultado nuestro cada vez más mermado calendario, nos indica que para el domingo día 8 de octubre, debemos ir a L@s Arribes del Águeda. Mira tú, qué manera tan sencilla de contentar a tod@s, ya que hay división de opiniones sobre el género de este topónimo.  
Castillo de Sobradillo
Torre del Homenaje
Deciros que la "marca" Arribes no sólo la ostenta el gran río Duero, también los ríos menores, que como él, se encajan en vertiginosos tajos, kilómetros antes de entregarle sus aguas. Así están los del Esla en Zamora, Tormes, Uces, Huebra y Águeda en la provincia de Salamanca.
Nosotros iremos a visitar los cañones de éste último. Su principal particularidad radica en que, como sus hermanos pequeños, está libre y saltarín, algo de lo que al padre Duero le hemos privado, pues ahora está tranquilo y dormido, cual reo en su prisión; libre durante millones de años, lleva en cautiverio unos cuantos lustros. Hemos conseguido domesticarlo para aprovechar al máximo su fuerza y satisfacer nuestra necesidad desenfrenada de energía. Aunque me da que los verdaderos presos somos nosotros en esta sociedad de consumo sin fin. 
Sobradillo. rescatado puente romano.
Hace unos años se rebajó el nivel de la calle
para poder contemplarlo.
Pues lo dicho, que nos desplazaremos hasta Sobradillo, allí nos espera una preciosa ruta cortita, pero muy intensa, ya que sus 15 kilómetros nos deparan gratas sorpresas. Un buen tramo acompañaremos al río, e incluso bajaremos a tocar sus aguas, por lo que el desnivel acumulado, tanto de bajada como de subida, es de unos 500 metros, que salvaremos por estrechas sendas bien trazadas, para poder hacerlo cómodamente.
Humilladero a la salida del pueblo.
También tendremos una buena ración cultural, con la visita a las afueras del pueblo, a las ruinas del franciscano Convento de La Seca, sobrenombre muy a juego con la pertinaz que sufrimos. Nos observará la arrogante Torre del Homenaje, construida para vigilar al vecino portugués, por si le ocurría cruzar la frontera que el Águeda dibuja, y todo ello arropado por una coqueta arquitectura popular, con claros recuerdos de los repoblares gallegos, que en la edad media devolvieron la vida a estas tierras.

Hablando de raciones, la zona es famosa por la calidad de sus sabrosos quesos de oveja, que podremos adquirir o degustar en el bar Remundín, vecino de la Parroquial y del soportalado Ayuntamiento.


Introducción


En el oeste salmantino, los ríos Águeda, Duero y Huebra, delimitan la comarca del Abadengo, formada por  doce términos municipales, siendo su "capital" o centro de servicios Lumbrales.
Hasta el año 1311 estas tierras estaban bajo dominio del Adad de los Templarios y a él deben su denominación. La disolución de la Orden privó a los monjes soldados de sus bienes, pasando definitivamente a manos de la corona. 
Cuarto menguante.
Tierras de frontera, sufrieron en primera persona los desastres de todas las contiendas hispano-portuguesas, pasando a depender de un bando u otro, dependiendo del vencedor y siendo común su saqueo. Bien sabe de éstos la Torre del Homenaje de Sobradillo, topónimo con fuertes raíces galaico-leonesas, pues parece ser que proviene de alguno de la treintena de Sobrados que existen en Galicia. Detalles de su arquitectura tradicional, sus cruceros, puentes… nos trasmiten saudades del norte.
Curioso chozo abierto,
 utilizado por los pastores para el resguardo de los vientos y
 las lluvias del Oeste 

Las ruinas del franciscano Convento de Sta Marina de la Seca, nos servirán de referencia en los primeros pasos de la ruta. Hermanado con el de la Verde, con su misma advocación a la santa Marina y regentado por la misma congregación franciscana, sus apelativos Verde y Seca, hacen referencia al entorno en el que se asientan, el de Sobradillo, en medio de la desnuda llanura y el de Aldeadávila, al fondo del abancalado y frondoso arribe del Duero.
Al fondo Portugal y la Sierra de La Marofa.
Con antenas, La Marofa, hito orientador de la zona
A su derecha, en lo alto, el precioso pueblo de Castelo Rodrigo
Y a la derecha, Figueira de Castelo Rodrigo.
Tras la desamortización los dos corrieron el mismo destino: la ruina, aunque del Verde, se acordaron los ingenieros que diseñaron los servicios del poblado de la presa y fue rescatado; el seco, continúa quejándose a los húmedos vientos del oeste y con todo merecimiento forma parte de la lista roja del patrimonio en peligro.

Ruina del Convento de Santa Marina La Seca
Nuestro caminar nos llevará hasta el Águeda, que en esta zona sirve de frontera entre España y Portugal, que aprovecha su profunda trinchera, labrada con el ímpetu de sus aguas por entregarse al Duero. Su cuenca, pese a no ser muy extensa, se nutre de las cumbres de la Sierra de Gata, una de las zonas con unos índices pluviométricos más elevados de la península; eso sí, sus precipitaciones están concentradas en pocas jornadas lluviosas, por lo que sus avenidas son frecuentes y tremendas. Hoy lo hemos domesticado, tras la construcción del embalse de Irueña en su tramo medio, sacrificando para siempre, irrepetibles bosques de sus riberas. Después de un paseo por el río,
Enfilando los cañones del Águeda
volveremos hasta Sobradillo, donde podremos comer en alguno de los bares del pueblo. Hemos quedado con los responsables de la Quesería Abadengo, para que podamos adquirir alguno de sus quesos en el bar Remundín. 
Por la tarde subiremos a la Torre del Homenaje, hoy Casa del Parque. Podremos recorrer sus dependencias y asomarnos al horizonte que se divisa desde lo alto de la atalaya.

Convento de santa María la Seca

Observando aves.
Nos dicen que lograron ver: curruca rabilarga,
collalba negra, picogordo, rabilargo, cernícalo común,
roquero solitario ( simpático nombre ),
gorrion molinero y común, cogujada común,
 así como un un vuelo rápido de un gavilán...
y seguro que alguna paloma también.
Del conjunto tan sólo se conserva la iglesia, aunque han desaparecido los brazos del crucero. Tiene planta de cruz latina con una sola nave de tres tramos. El acceso se realiza a través de una puerta de arco rebajado cuya clave aparece adornada con una curiosa figura semihumana-semianimal. La flanquean dos pilastras dobladas, cuyo capitel se prolonga mediante dos ménsulas planas de forma bulbosa. Se remata mediante un frontón partido curvo, en cuyo tímpano se dispone un escudo de la Orden Franciscana, ovalado, con el cordón a modo de orla surgiendo de una talla de pliegues, como ropajes o pergamino. Sobre ella y bajo un arco de medio punto, del que se conservan todavía restos de su antepecho.

Águla real
En el costado Sur se levanta la espadaña, formada por un basamento rectangular flanqueado por aletones y dos cuerpos; el primero con dos vanos de medio punto y el segundo por un solo arco también con aletas. El interior se cubría con bóvedas de cañón con lunetos, actualmente desaparecidas, conservándose sin embargo sus arranques y amenazando ruina los arcos fajones, de sillería. Arrancaban éstos de una cornisa de sencillo molduraje sobre pilastras lisas entre las cuales se abren hornacinas, destinadas a sepulcros las dos de la cabecera. En la correspondiente al costado del Evangelio, se encuentra un escudo, similar en su labra al del exterior, con las armas de Maldonado, Rodríquez de Ledesma, Saavedra o Sotomayor y Figueroa. El crucero se cubría con cúpula sobre pechinas, cuyos arranques se conservan. El último tramo de la nave estaba ocupado por el coro, sobre bóveda escarzana.



El Águeda desde el mirador del Molinillo




CRÓNICA


A la izquierda Portugal, en la otra orilla, España
Como ya os dijimos, esta misma ruta la habíamos realizado hace tiempo, era el embrión de DeBotas. Una primavera, un puñado de amigos, nos enfilamos hacia la trinchera del Águeda. Allí nos sorprendieron la buena colonia de buitres, así como el verdadero bosque de chumberas que ocultan El Buraco. Fueron éstas, las que nos indicaron, que la próxima vez que volveríamos por allí, sería en otoño. La razón, la ausencia de los coloristas higos chumbos, que maduran al final del verano.
Olivos cultivados en bancales.
Titánico trabajo para tiempos de penurias
Acertamos, los higos, están ahora mismo preciosos, como veréis en alguna de las estupendas fotografías que nos ilustran y recuerdan la jornada, pero no contábamos con la sequía tan tremenda que estamos padeciendo. Aquel día se caminaba sin ningún problema, no así el domingo: con la falta de agua, las plantas están “tirando” de las reservas almacenadas en sus troncos y hojas, por lo que han perdido su verticalidad y se inclinan, por lo que al pasar junto a ellas, es fácil arrastrar un buen matojo de finísimos hilos, que en principio no molestan, pero que al rato, comienzan a escocer, cual ortiga; para que os hagáis una idea.
Lo malo, es que también se adhirieron a la ropa, mochilas… y aún, a día de hoy, continuamos quitando molestos pinchos de las prendas que nos pusimos aquel día.
Las previsiones meteorológicas hablaban de calor, y no fallaron. Fuimos precavidos y salimos temprano. Dejamos para el final de la jornada la visita a la Casa del Parque, instalada en la formidable Torre del Homenaje, que gracias a ello, se ha rescatado del abandono. No así el Convento de Santa María de la Seca, que sigue en tan lamentable estado y no visitamos, pese a tener sus llaves; el calor nos lo privó.

Reunión de buitres
En pleno vuelo
Higos de chumbera




He de reconoceros, que uno de los trabajos que más gratificaciones nos da, es el de quedar con los dueños de los bares de los pueblos, que en estos tiempos de vacas flacas, agradecen que les vaya un grupo tan numeroso, que además les ponga las cosas tan fáciles (les decimos que nos preparen café en jarras, que pagamos todo junto para ahorrar tiempo y líos de cuentas, hacemos una ordenada fila para no atosigarles, no nos gusta regatear por su trabajo…), pues se quedan muy satisfechos.
Palomar portugués
Esta vez recogimos los frutos de nuestro buen hacer, buen hacer de todo el grupo, ya que sin pensárselo, fueron con su vehículo privado a recoger a un par de participantes, a los que el calor (y eso que ya estábamos cerca del pueblo) les hizo mella.

Bosque de chumberas centenarias.
Pero siempre recordaremos el rugir del Águeda, esas pozas paradisíacas, esos buitres en lo alto de puntiagudas rocas o volando sobre nuestras cabezas, esas sendas por las que ya pocos se adentran, ese agujero en medio de la montaña, que sin él sería imposible bajar, o en nuestro caso subir del río, ese verdadero bosque de chumberas centenarias y esos miradores, con el río a nuestros pies y las tierras portugueses a nuestro frente.

Puedes y debes ver las fotos del madrugador Alberto.

La originalidad de Paco y sus retratos, realizados mediante la técnica del "robado". Nos dice que si alguien no quiere aparecer en sus fotografías, que nos lo diga, que sin problema se retiran esas fotografías.

Y el estupendo trabajo de José Luis.
En el Buraco

Sombras salvadoras



Descanso merecido
Desde las almenas de la Torre del Homenaje



¡¡¡HASTA PRONTO!!!




12 comentarios:

  1. Je, je. Nos dice Alberto:

    Pues me apunto.

    - Pero si ya lo conoces…
    - Pues por eso, que es un sitio muy chulo. Aunque, tal como anda el tiempo, el Agueda no creo que corra mucho y saltar menos.

    Un abrazo.

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    1. Tú te lo dices todo.
      De lo del caudal del Águeda, ten en cuenta que su pequeña cuenca es de esas zonas donde llueve más de toda la península Ibérica, por lo que ya veremos...

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  2. Bueno, parece ser que en vez de llevar partitura, cosa que se agradece por el tema de la tala de los árboles, a l@s niñ@s cantores del autocar les va más mirar las letras por los artilugios electrónicos modernos. Eso no es malo, pero vamos a ver si os ponéis de acuerdo y organizáis un orden de canciones, además de aprenderos la canción entera, coñe!!!, que me dejáis con las ganas de oírla entera.
    Menos mal que el domingo anterior vinieron profesionales de la canción y hubo calidad.
    Venga, que no decaiga y a seguir ensayando.
    Un saludo.
    El latas.

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    1. Deciros que el presupuesto del grupo no da para contratar cantantes para todas las salidas. Cuando hayamos ahorrado lo suficiente, hemos pensado llevar a la orquesta Panorama, que dicen que son muy buenos.

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  3. A la pregunta de dónde estuvo el domingo, dice B. A. en su cuenta de Facebook que "Ruta por los Arribes, y conociendo gente muy, muy interesante". Enhorabuena a tod@s por este comentario de alguien que es la primera vez que viene con nosotr@s.

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  4. Nos dice P L que... Que buena ruta a pesar del abandono que nos trae la climatología. Siento no haber estado, para dar apoyo y animo, ahí al final de la ruta donde las altas temperaturas dañó físicamente a los compañeros.

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    1. Se agradece tu disposición, aunque no es necesario que lo digas, pues siempre estás cuando es precisa tu ayuda... lo bueno es que somos un grupo donde cualquiera de nosotr@s está dispuest@ a ayudar; así da gusto organizar.

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  5. Dice José Luis:
    Fue una excursión colorida, "picantona" y calurosa.
    Yo disfruté bastante y me agradan que las salidas tengan un recorrido aceptable y poder comer "sentadito".

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    1. Con el calor que estamos padeciendo, el comer a resguardo, es de agradecer. ¡Y lo contentos que se ponen las gentes de los pueblos, ver tanta animación y no ser el día de la fiesta!

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  6. Vaya fotos preciosas que nos regalan Alberto, Paco y José Luis. Muchas gracias. Pronto me uniré para contribuir con mi grano de arena a ese grupo de amigos que lo único que quieren es pasarlo bien y admirar la belleza que nos rodea: personas y naturaleza.
    Inés y Eduardo nunca me cansaré de agradeceros vuestro trabajo. Sois grandes, grandes, muy grandes de corazón... hasta pronto

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    1. Gracias, Vicente por tus palabras, te estamos esperando, que como dicen los de Todavi@, sin ti no es lo mismo.

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  7. Bueno, comentar que todavía me estoy quitando pinchitos de las manos, ayer dos del dedo gordo de la mano izquierda, pero mereció la pena.
    Vicente, te echamos en falta, nos hacen falta tus poesías.
    Salud para todos.

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