Domingo 12 de enero de 2020
Las Hurdes y Sierra de Gata
Aún sin superar los efectos de la despedida y recibimiento
anual y ya tenemos que ir planteando la próxima actividad con DeBotas. ¡Cómo
pasa el tiempo!
Para iniciar la temporada, hemos planteado sumergirnos en lo
más profundo de la España más inhóspita. La fama de las Hurdes como una tierra
donde la vida era algo más que un milagro, traspasó nuestras fronteras y tuvo
que ser el propio monarca Alfonso XIII quien se pusiera manos a la obra para
solucionar tal afrenta... Bueno, más bien manos al rifle, que como buen Borbón
fue un gran apasionado de la caza y ya que pasaba por allí, se puso a ayudar a
mantener el equilibrio ecológico abatiendo un buen número de fieras cabras
monteses, entre otras alimañas.
Bueno, lo cierto que tras las visita regia y la inestimable
ayuda del paso del tiempo, de aquellas Hurdes lo único que quedan son sus
maravillosos paisajes, que admirarlos es precisamente nuestra pasión. Partiremos
de Ovejuela, nuestro ojos ya se habrán acostumbrado a los meandros que forman
los ríos y por donde serpentearon los caminos y hoy lo hacen las nuevas
carreteras. A las terrazas y canalizaciones para el agua, que nuestros
antepasados tuvieron que construir, siempre a mano, para conseguir trasformar
el paisaje contundentemente vertical, en miles de minúsculos espacios
horizontales, para así intentar sacarse el sustento en este mundo tan hostil.
Como os decimos en la cabecera, también queremos visitar una
vez más, la Sierra de Gata, también a la más profunda y escondida.
Concretamente llegaremos hasta la pintoresca población de Robledillo de Gata,
recientemente incluida en el selecto club de Los
Pueblos más Bonitos de España. Para estar ahí se necesitan una serie
de valores y estéticas que intentaremos descubrir y disfrutar.
¿Y el camino? Pues serán escasamente 14 los
kilómetros que tendremos que caminar, pero ambas poblaciones y
comarcas las separan la Sierra de La Bolla. Ascenderemos los 400 metros
de desnivel por preciosa y bien trazada senda de herradura entre
alcornoques y un buen nutrido bosque de castaños centenarios. Una vez en el
alto, recorreremos unos llanos kilómetros por entretenidas pistas, esto último
lo digo por las charlas a las que su amplitud dan pie. El descenso a Robledillo
lo realizaremos por una maltrecha calzada romana, que abandonaremos para volver
al más sugerente mundo del herraje, haciéndole una visita de cortesía a los
cuatro muros que aún restan de la ermita de Santo Tomé.
En lugar de entrar al pueblo, seguiremos hasta el autobús
siguiendo las aguas del río Árrago que decora, cual nacimiento la pétrea
población.
Una vez descargados de mochilas, intentaremos que nos
muestren el afamado Museo del Aceite, donde además se puede adquirir este
producto.
Si os apetece acompañarnos, deberéis enviarnos un correo con
vuestro deseo el próximo martes día 7 a partir de las 16:00.
Saludos, equipo DeBotas
DESCRIPCIÓN
La comarca de Las Hurdes en Cáceres, se caracteriza por muchas
cosas, entre otras por la presencia constante del agua que, peleando con los
suelos pizarrosos, crea vistosos meandros y sorprendentes saltos de agua. A
casi todos hay que llegar andando, ruta señalizadas que merecen la pena por la
belleza de su paisaje. La ruta de hoy nos llevará hasta el salto de agua de
Ovejuela: El Crorrituelo, una cascada de 70 metros de altura.
Partiremos de la alquería de Ovejuela, una de las once que
tiene Pinofranqueado, con apenas un centenar de habitantes. Es uno de los
pueblos más antiguos de toda la comarca hurdana. En documentos del S. XI se
cita con el nombre de «Oveiola». En sus inmediaciones, se encuentran los
vestigios de un gran asentamiento prerromano, que las gentes de estos lugares
llaman «Otulia» o «Vitulia».
Caminaremos por un camino cómodo, rodeados de pequeños huertos,
que nos lleva hasta la piscina natural de la localidad, que en verano
aprovechas las aguas del río Ovejuela. Por encima de la
piscina, un pequeño puente nos cruza al otro lado, donde arranca un pequeño
sendero que sigue el curso del río, encajado entre sierras, pizarras, pinos y
olivos en bancales que nos acompañan en toda la jornada.
Es un paisaje moldeado, hecho a conciencia; la mano del
hombre ha cambiado esta comarca estigmatizada por Buñuel y, gracias a él,
recuperada para hacerla habitable y deseada.
El Chorrituelo aparece entonces, el agua sabe como salvar
desniveles; simplemente se deja caer para deleite de todos.
A la izquierda del cauce hay un pequeño sendero, apenas 300
metros, que nos llevará al sendero del GR 10 que comunica la
localidad valenciana de Puzol con Lisboa sirviendo de unión
entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.
ROBLEDILLO DE GATA: EL TESORO ESCONDIDO DE
SIERRA DE GATA
Buscando naturaleza, tranquilidad, tradiciones, costumbres,
aire puro y gente afable, tendremos la suerte de descubrir otro de esos
pequeños lugares de nuestra geografía.
Bien es sabido que nos encanta el mundo rural y todo aquello
que lo envuelve y caracteriza, motivo por el que siempre estamos predispuestos
a descubrir y dar a conocer esos destinos cercanos, para cuya visita no son
necesarias ni grandes logísticas ni planificaciones, que tienen mucho que
ofrecer por muy poco.
Y en esta ocasión nuestro gran descubrimiento se encuentra
en plena Sierra de Gata, al norte de la provincia de Cáceres (Extremadura),
protegido por bosques frondosos y escondido en uno de los valles más profundos
de dicha sierra extremeña. Singular paraje en el que se ubica un bonito pueblo
con encanto llamado Robledillo de Gata y que es, sin
duda, el tesoro escondido de la Sierra de Gata.
Su ubicación y su arquitectura tradicional, basada en el uso
del barro, la madera y la piedra, le han obsequiado con la fortuna de ser
declarado Bien de Interés Cultural como Conjunto
Histórico Artístico y hace pocas fechas uno de Los Pueblos más Bonitos de España.
Una suerte que esconde tras de sí un gran esfuerzo y dedicación por parte de
sus menos de cien convecinos, que han sido capaces de mantener y recuperar el
patrimonio arquitectónico y cultural de la localidad sin prácticamente ninguna
ayuda de organismos oficiales. Pero, a pesar de ello, tanto esfuerzo y
dedicación han merecido la pena y han conseguido mantener la esencia rural de
un lugar con mucho encanto.
Robledillo de Gata es posiblemente uno de los mejores
ejemplos, conservados, de la arquitectura tradicional extremeña.
Se caracteriza por viviendas a varias alturas, para salvar los
desniveles del valle sobre el que se ha levantado, bonitas balconadas decoradas
con flores y una decoración de las fachadas utilizando dibujos
geométricos muy característicos.
La construcción a varias alturas ha dado como resultado que
el pueblo esté plagado de intrigantes túneles y pasadizos que,
cruzando bajo las viviendas, conectan las estrechas calles de Robledillo de
Gata.
El agua es otro de los protagonistas de la localidad, siendo
abundante incluso en verano.
El río Árrago cruza por la parte más baja
del casco histórico y da lugar a un bonito entorno fluvial que
los roblillejos han sabido aprovechar para cultivar huertos, crear
un entorno de piscinas naturales y dar lugar a un bonito y
refrescante paseo a orillas del río y bajo las características
fachadas.
Al río llega un manantial, o manadero, que cruza
el pueblo desde su parte más alta y cuyas aguas se aprovechan en la actualidad
para dar lugar a algunas fuentes , creando bonitos y refrescantes
rincones entre las calles de la localidad.
Aprovechando también la fuerza de las aguas del río Árrago
se construyó un molino hidráulico, que data de la época
medieval (siglos XI-XII) y se utilizaba para prensar la cosecha
de aceituna de la zona y producir aceite. En la
actualidad el «Molino del Medio», que es como se le conoce, se ha
mantenido y conservado como Museo del Aceite gracias al empeño
e ilusión de Julio y Tere que nos acompañará en la ruta.
En el museo se conserva la maquinaria y los elementos
típicos que, en su día, se utilizaron para producir el aceite de la comarca,
ofreciendo un interesante “viaje en el tiempo” para conocer una de las
actividades tradicionales de Robledillo de Gata.
Nosotros visitaremos el museo donde podremos adquirir el aceite de
producción propia en la tienda de productos típicos contigua al museo. Un
pequeño negocio con cuyos ingresos, permiten cubrir los gastos para que el
Molino del Medio pueda seguir abierto al público.
Otra de las grandes joyas del patrimonio Robledillo de Gata
lo representa la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del
siglo XVI
Según nos indicaron se levanta sobre un antiguo palacio de
la familia Alba y que pasó a manos de la marquesa de
Monroy antes de ser finalmente destinado a iglesia.
La fachada de la iglesia ha sido restaurada, y se conservan
sus características columnas exteriores del atrio, aprovechando para alguna de
ellas antiguos elementos de la época romana. En su interior
destacan sus elaboradas tallas de madera del altar. Siendo
especialmente curioso el Cristo de brazos articulados ubicado a
sus pies, una talla de gran realismo.
LA MIRADA DE NINES
LA MIRADA DE NINES
La vida inacabada...
Y "qué bonita es la vida aunque a veces se confunda"… Hoy los caminos me llevan a vuestros recuerdos… Y es que la vida queda inacabada cuando sesga demasiado pronto su recorrido. Y aunque generalmente nunca nos parece idóneo el momento, a veces nos resulta demasiado hiriente…
Dónde quedan las palabras por decir, los abrazos que no abarcan, las miradas que lanzar a horizontes que ahora quedan difuminados hasta desvanecerse…
... como la niebla con la que empezamos esta preciosa ruta... de la cadencia y decadencia de la vida acabada e inacabada... desde Las Hurdes a La Sierra de Gata.
Salida desde Ovejuela... jurdana… qué bonita y qué bonita palabra!
Recorrido de agua y terrazas de olivares, paradojicamente en un día de azules acompañado de rayos imperceptibles a las retinas, pero que abrigan la piel y el sentimiento, y que recrean una vez más los sentidos.
Aguas transparentes que se precipitan desde alturas diferentes… como la vida inacabada…
Nidos de procesionaria que en algún momento eclosionarán y conformarán rutas alineadas que contaminarán a otros tantos individuos si no se interpone un extraño elemento que provoque vida inacabada…
Amig@s, personas, conversaciones, confidencias, reflexiones, sorpresas de enamorados, propuestas... cruce de caminos de vidas inacabadas.
Solanas y umbrías en necesarias vertientes opuestas, de una ruta serpenteante y hoy se me antoja dispuesta metafóricamente en la vida acabada e inacabada.
Túneles vegetales de vida inacabada y alfombras de crepitar de hojas secas de vida acabada…
Malezas y ramas arrastradas dejando entrever qué fuerza gana en un pulso de poder.
Descenso por una desvastada (vida acabada) y, a pesar de ello, fascinante calzada romana que nos lleva hasta el asombroso Robledillo de Gata donde acabamos nuestra ruta de la mano de la familia de Ana y Agustín con, entre otros puntos de interés, la visita invitada al Museo del Aceite, de donde recojo la frase de Julio que me hizo un pellizco en el pensamiento: “… la miseria lo ha conservado…”
Y vuelta, relajada, a la realidad cotidiana con la belleza acompañada de la luna anaranjada y las temperaturas heladas detrás del cristal protector y dentro del ánimo desprotegido (o alma para quienes tengáis) por el recuerdo, hoy aún sensible y siempre entrañable, de las Vidas Inacabadas...
Y "qué bonita es la vida aunque a veces se confunda"… Hoy los caminos me llevan a vuestros recuerdos… Y es que la vida queda inacabada cuando sesga demasiado pronto su recorrido. Y aunque generalmente nunca nos parece idóneo el momento, a veces nos resulta demasiado hiriente…
Dónde quedan las palabras por decir, los abrazos que no abarcan, las miradas que lanzar a horizontes que ahora quedan difuminados hasta desvanecerse…
... como la niebla con la que empezamos esta preciosa ruta... de la cadencia y decadencia de la vida acabada e inacabada... desde Las Hurdes a La Sierra de Gata.
Salida desde Ovejuela... jurdana… qué bonita y qué bonita palabra!
Recorrido de agua y terrazas de olivares, paradojicamente en un día de azules acompañado de rayos imperceptibles a las retinas, pero que abrigan la piel y el sentimiento, y que recrean una vez más los sentidos.
Aguas transparentes que se precipitan desde alturas diferentes… como la vida inacabada…
Nidos de procesionaria que en algún momento eclosionarán y conformarán rutas alineadas que contaminarán a otros tantos individuos si no se interpone un extraño elemento que provoque vida inacabada…
Amig@s, personas, conversaciones, confidencias, reflexiones, sorpresas de enamorados, propuestas... cruce de caminos de vidas inacabadas.
Solanas y umbrías en necesarias vertientes opuestas, de una ruta serpenteante y hoy se me antoja dispuesta metafóricamente en la vida acabada e inacabada.
Túneles vegetales de vida inacabada y alfombras de crepitar de hojas secas de vida acabada…
Malezas y ramas arrastradas dejando entrever qué fuerza gana en un pulso de poder.
Descenso por una desvastada (vida acabada) y, a pesar de ello, fascinante calzada romana que nos lleva hasta el asombroso Robledillo de Gata donde acabamos nuestra ruta de la mano de la familia de Ana y Agustín con, entre otros puntos de interés, la visita invitada al Museo del Aceite, de donde recojo la frase de Julio que me hizo un pellizco en el pensamiento: “… la miseria lo ha conservado…”
Y vuelta, relajada, a la realidad cotidiana con la belleza acompañada de la luna anaranjada y las temperaturas heladas detrás del cristal protector y dentro del ánimo desprotegido (o alma para quienes tengáis) por el recuerdo, hoy aún sensible y siempre entrañable, de las Vidas Inacabadas...
MATERIAL GRÁFICO
El más madrugador en mandarnos sus fotografías ha sido José Antonio.
Los retratos de Paco, también llamados "robados", cuando el afectado no es consciente.
Las coloridas fotografías de Alberto
Las coloridas fotografías de Alberto
Le lleva su tiempo, pero siempre gusta ver las cuidadas fotos de José Luis.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRuta con DeBotas: De Las Hurdes a La Sierra de Gata.
ResponderEliminarLa vida inacabada...
Y "qué bonita es la vida aunque a veces se confunda"… Hoy los caminos me llevan a vuestros recuerdos… Y es que la vida queda inacabada cuando sesga demasiado pronto su recorrido. Y aunque generalmente nunca nos parece idóneo el momento, a veces nos resulta demasiado hiriente…
Dónde quedan las palabras por decir, los abrazos que no abarcan, las miradas que lanzar a horizontes que ahora quedan difuminados hasta desvanecerse…
... como la niebla con la que empezamos esta preciosa ruta... de la cadencia y decadencia de la vida acabada e inacabada... desde Las Hurdes a La Sierra de Gata.
Salida desde Ovejuela... jurdana… qué bonita y qué bonita palabra!
Recorrido de agua y terrazas de olivares, paradojicamente en un día de azules acompañado de rayos imperceptibles a las retinas, pero que abrigan la piel y el sentimiento, y que recrean una vez más los sentidos.
Aguas transparentes que se precipitan desde alturas diferentes… como la vida inacabada…
Nidos de procesionaria que en algún momento eclosionarán y conformarán rutas alineadas que contaminarán a otros tantos individuos si no se interpone un extraño elemento que provoque vida inacabada…
Amig@s, personas, conversaciones, confidencias, reflexiones, sorpresas de enamorados, propuestas... cruce de caminos de vidas inacabadas.
Solanas y umbrías en necesarias vertientes opuestas, de una ruta serpenteante y hoy se me antoja dispuesta metafóricamente en la vida acabada e inacabada.
Túneles vegetales de vida inacabada y alfombras de crepitar de hojas secas de vida acabada…
Malezas y ramas arrastradas dejando entrever qué fuerza gana en un pulso de poder.
Descenso por una desvastada (vida acabada) y, a pesar de ello, fascinante calzada romana que nos lleva hasta el asombroso Robledillo de Gata donde acabamos nuestra ruta de la mano de la familia de Ana y Agustín con, entre otros puntos de interés, la visita invitada al Museo del Aceite, de donde recojo la frase de Julio que me hizo un pellizco en el pensamiento: “… la miseria lo ha conservado…”
Y vuelta, relajada, a la realidad cotidiana con la belleza acompañada de la luna anaranjada y las temperaturas heladas detrás del cristal protector y dentro del ánimo desprotegido (o alma para quienes tengáis) por el recuerdo, hoy aún sensible y siempre entrañable, de las Vidas Inacabadas...
Qué bonito relato, enhorabuena y he visto las fotos de Pacp, me alegro que hayáis disfrutado la primera ruta de 2020, a por mucbas más 👏👏
ResponderEliminarNos dice Paco:
ResponderEliminarJuntos de nuevo rememorando el final de las fiestas con los roscones de reyes, todo un lujo gracias a las bondades de quien siempre acude con premura en cada acontecimiento que se precie con los mangares oportunos….
Luces y sombras, ha sido la ruta, entre el pasado presente y el futuro desapercibido, lugares donde la dureza de la existencia se palpaba en toda una vida, desde su mas tierno brote hasta agonizada consumación y todo envuelto en un entorno hermoso y singular.
Momentos de perplejidad ante mentes dubitativas, donde el silencio se impone como medicina, donde la terapéutica de la impasibilidad es la mas eficaz.
Como no, lugares de recuerdos de rutas anteriores, donde los rincones inaccesibles por días pasan a confortables….rompiendo parte de se su encanto…no por ello deja de ser un lugar idílico para salir fatigado una y otra vez…
Gracias BeBotas