Domingo 1 de Marzo de 2020
Por el Parque Natural do Douro Internacional
Buenas tardes. Curiosamente, aún
no hemos disfrutado de la compañía del Alberche ni hemos participado del
carnaval de Navalosa y ya tenemos que ir organizando la siguiente aventura.
Para el día 1 de
marzo os proponemos un paseo de 20 kilómetros, con 100
metros de subida y 500 de descenso. Prácticamente toda ella trascurre por
amplio y cómodo camino.
La ruta parte de la población
portuguesa de Figueira de Castelo Rodrigo, situada a la sombra de la cumbre de
la Marofa, monte-guía, que con su inconfundible silueta cónica, orienta a
portugueses y a sus vecinos del otro lado del Duero y del Águeda.
Caminaremos por la meseta que
durante millones de años erosionó y erosionarán las aguas que vierten en los
dos grandes ríos y que dejan a la vista las entrañas graníticas de estas
tierras.
Gran parte de nuestro recorrido
nos acompañarán infinidad de olivos, vides y salpicados por el paisaje, los
protagonistas estos días, los almendros, amendoeiras para l@s lugareñ@s. Es por
estas fechas cuando se visten con sus galas blancas, y cientos de senderistas
de ambos países, nos acercamos hasta las orillas del Duero a disfrutar del
efímero espectáculo. Si a todo esto le unimos el manto verde de un año húmedo,
con las praderas llenas de florecillas amarillas, de margaritas y alguna que
otra mimosa (al menos así estaba el domingo pasado), pues tendremos el cuadro
perfecto que nos encontraremos el día 1.
Sí comprobaremos la prosperidad
que se respira en el campo en el lado portugués: caminos bien cuidados, tierras
labradas, olivos y vides primorosamente podadas... que contrastan con el
abandono total del lado hispano.
Terminaremos nuestra ruta a
orillas del Duero, acompañad@s por una fresquita Super Bock o imitando la gran
adicción de nuestr@s vecin@s, por un ardiente y concentrado espresso.
Esta última referencia, me
recuerda al tren... Pues también veremos alguno de los espectaculares puentes
de la línea del Duero e incluso cruzaremos sus vías.
Si te apetece acompañarnos, debes
esperar al martes 25 y a partir de las 16:00 para enviarnos
un correo con tu deseo de acompañarnos.
PRESENTACIÓN
Figueira de Castelo Rodrigo es
una vila portuguesa y concelho perteneciente
al Distrito de Guarda, que cuenta con unos 2.300 habitantes. Hasta 1836,
la capitalidad residía en Castelo Rodrigo, hoy convertida en una bella Aldea
Histórica, encaramada en las faldas de la Sierra da Marofa, donde el tiempo
parece haberse detenido.
El Concejo, que será por donde
caminaremos, incluye 17 núcleos de
población y todo él se encuentra incluido en el Parque Natural do Douro
Internacional, que si lo unimos al Parque Natural arribes del Duero español, da
como resultado una de las áreas protegidas más extensas de Europa. El Duero y
sus afluentes son el elemento común y nexo de unión de todo el territorio que
se extiende linealmente a lo largo de más de 120 km y
comprende las depresiones causadas por los ríos y la más colindante
franja de meseta adyacente.
Precisamente la erosión de las
aguas es la causante del desgaste de la meseta, modelando el paisaje, ondulándolo
según nos alejamos de Figueira, haciendo aflorar el sustrato granítico, por lo
que la agricultura debe adaptarse para aprovechar cada rincón fértil, convirtiendo
el territorio en un caos de parcelas desperdigadas.
En esta zona, al contrario que en otras zonas fronterizas, el descenso hacia el gran río, se produce de forma
gradual. Unido al microclima mediterráneo, con temperaturas más elevadas, ha
propiciado el cultivo del almendro, hoy en claro retroceso, a favor del olivar
y especialmente por los apreciados viñedos de gran calidad. De aquí salen los
prestigiosos vinos de Oporto.
Nuestro caminar se dirige a Barca
D’Alva, allá donde el río Águeda se mezcla con el Duero y éste se convierte irremediablemente
en el portugués Douro. Esta pequeña
población, tuvo su importancia durante el siglo que estuvo en funcionamiento la
línea férrea que conectaba Salamanca con Oporto. El interés de nuestros vecinos
por esta infraestructura, queda patente
en que el complejo tramo de la línea entre la frontera y La Fregeneda se
realizase con recursos económicos de este país. Cerrada definitivamente al
tráfico ferroviario en 1985.
Hoy anima la población la llegada
de lujosos cruceros, que desde el océano Atlántico, en Oporto, ascienden río
arriba, propiciados por la instalación de 5 exclusas que ayudan a salvar los
125 metros de desnivel existentes entre el océano y Barca D’Alva. Ya en autobuses,
los turistas llegan hasta nuestra ciudad, Salamanca.
LEYENDA DE LA SIERRA DA MAROFA (Contada por Vicente)
MATERIAL GRÁFICO
Carlos de Dios nos envía sus estupendas fotografías. También nos obsequia con un simpático vídeo.
Una buenas selección de recuerdos nos manda Sagrario
Cuando puede venir Vicente, nos resume el día más feliz de su vida con un vídeo
Una de las personas que más disfruta en las marchas fotografiando es Paco.
Y al fin las ansiadas fotografías de José Luis
CRóNICA DE LA JORNADA
LEYENDA DE LA SIERRA DA MAROFA (Contada por Vicente)
Érase una vez…una linda muchacha llamada Ofa, llegada desde
Castilla
para dejar huella en toda una región portuguesa
Ofa, mujer amada
Suponemos que Ofa fue una mujer muy amada. Así lo esperamos, así lo
deducimos si su historia de amor dejó marca en el nombre de la montaña
más emblemática de Riba Côa: la Serra da Marofa.
La historia de Castelo Rodrigo se entremezcla con la de los judíos en
Portugal. Se sabe que esta tierra acogió a muchos de los que fueron
expulsados de España a finales del siglo XV. La aldea está llena de
vestigios de esta comunidad.
Cuando en 1492 los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los
judíos de España, muchos de ellos cruzaron la frontera para instalarse
en las vecinas tierras del interior portugués. Ese sería el caso de
Zacut y su familia, que provenientes de alguna de las numerosas
comunidades judías existentes en Castilla, se instalaron en este
territorio de Riba Côa.
Zacut era un judío rico, enseguida comenzó a comprar tierras de labor
en las faldas de la mayor sierra de la región, hoy llamada Serra da
Marofa, en cuya cumbre construyó su casa. Plantó muchas hectáreas de
vid, recuperó olivos y almendros, en unas tierras cultivó cereales y
forrajes para su numerosa vaquería y en otras pastaban sus rebaños de
ovejas y cabras.
Pronto Zacut se convirtió en uno de los hombres más conocidos de la
región por su inmensa fortuna. En ese tiempo, en un pueblo cercano,
llamado Cinco Vilas, vivía una familia de rancio abolengo, cuyo único
hijo varón, de nombre Luis, era uno de los mejores caballeros de la
comarca en la cual se le conocía por ‘el Hidalgo de Cinco Vilas’.
Zacut era viudo y había llegado a Castelo Rodrigo acompañado por su
única hija, de nombre Ofa, y otros parientes judíos.
Se corrió la voz de que la muchacha judía era muy bonita y en la
región la comenzaron a llamar ‘la mora Ofa’. Como vivía en lo alto de
la montaña, pocos conseguían verla. Motivado por la curiosidad de
conocer a Ofa, el caballero de Cinco Vilas urdió un plan para
conseguir entrar en la casa de Zacut. “Antes de que llegue el
invierno, habré cenado con Ofa”, apostó con sus amigos.
El hidalgo caballero le facilitó a Zacut varios negocios que le
resultaron muy provechosos y así se ganó su confianza, pero no logró
entrar en su casa. Entonces, contrató a unos asaltantes para que
atacasen a Zacut, asalto del que él lo defendería, ganando así, además
de su confianza, su gratitud. Para demostrársela, Zacut le invitó a
cenar a su casa con su familia. Objetivo conseguido.
Sin embargo, algo no previsto sucedió, y es que, cuando el presumido
caballero conoció a la ‘mora Ofa’, surgió el romance entre ellos.
Lejos de ser una bendición, suponía todo un problema. La muchacha
profesaba la religión hebrea, el caballero era cristiano, sus familias
se opondrían a ese noviazgo, que nunca podría acabar en boda.
Los jóvenes comenzaron a verse a escondidas. Un secreto a voces, ya
que, cuando los habitantes del pueblo veían pasar al hidalgo y le
preguntaban dónde iba él respondía: “vou amar Ofa” o “vou ver o meu
amor Ofa”. Así, dos sentidas palabras dieron nombre a esta sierra:
Amar-Ofa.
Pero como no hay mal que por bien no venga, en 1496 también el rey
portugués Manuel I, coaccionado por sus suegros los Reyes Católicos,
decretó la expulsión de los judíos de Portugal o su conversión al
cristianismo. Por suerte para Luis y Ofa, Zacut y su familia no
estaban dispuestos a empezar de cero una vez más, su hacienda era
grande y les habían acogido bien en Castelo Rodrigo, así que,
decidieron quedarse y convertirse a la fe cristiana.
Dicen que el matrimonio se celebró en el cercano Convento de Santa
María de Aguiar y que, a esas alturas, ya todos llamaban a la montaña
donde vivía la bella Ofa, Serra da Marofa.
para dejar huella en toda una región portuguesa
Ofa, mujer amada
Suponemos que Ofa fue una mujer muy amada. Así lo esperamos, así lo
deducimos si su historia de amor dejó marca en el nombre de la montaña
más emblemática de Riba Côa: la Serra da Marofa.
La historia de Castelo Rodrigo se entremezcla con la de los judíos en
Portugal. Se sabe que esta tierra acogió a muchos de los que fueron
expulsados de España a finales del siglo XV. La aldea está llena de
vestigios de esta comunidad.
Cuando en 1492 los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los
judíos de España, muchos de ellos cruzaron la frontera para instalarse
en las vecinas tierras del interior portugués. Ese sería el caso de
Zacut y su familia, que provenientes de alguna de las numerosas
comunidades judías existentes en Castilla, se instalaron en este
territorio de Riba Côa.
Zacut era un judío rico, enseguida comenzó a comprar tierras de labor
en las faldas de la mayor sierra de la región, hoy llamada Serra da
Marofa, en cuya cumbre construyó su casa. Plantó muchas hectáreas de
vid, recuperó olivos y almendros, en unas tierras cultivó cereales y
forrajes para su numerosa vaquería y en otras pastaban sus rebaños de
ovejas y cabras.
Pronto Zacut se convirtió en uno de los hombres más conocidos de la
región por su inmensa fortuna. En ese tiempo, en un pueblo cercano,
llamado Cinco Vilas, vivía una familia de rancio abolengo, cuyo único
hijo varón, de nombre Luis, era uno de los mejores caballeros de la
comarca en la cual se le conocía por ‘el Hidalgo de Cinco Vilas’.
Zacut era viudo y había llegado a Castelo Rodrigo acompañado por su
única hija, de nombre Ofa, y otros parientes judíos.
Se corrió la voz de que la muchacha judía era muy bonita y en la
región la comenzaron a llamar ‘la mora Ofa’. Como vivía en lo alto de
la montaña, pocos conseguían verla. Motivado por la curiosidad de
conocer a Ofa, el caballero de Cinco Vilas urdió un plan para
conseguir entrar en la casa de Zacut. “Antes de que llegue el
invierno, habré cenado con Ofa”, apostó con sus amigos.
El hidalgo caballero le facilitó a Zacut varios negocios que le
resultaron muy provechosos y así se ganó su confianza, pero no logró
entrar en su casa. Entonces, contrató a unos asaltantes para que
atacasen a Zacut, asalto del que él lo defendería, ganando así, además
de su confianza, su gratitud. Para demostrársela, Zacut le invitó a
cenar a su casa con su familia. Objetivo conseguido.
Sin embargo, algo no previsto sucedió, y es que, cuando el presumido
caballero conoció a la ‘mora Ofa’, surgió el romance entre ellos.
Lejos de ser una bendición, suponía todo un problema. La muchacha
profesaba la religión hebrea, el caballero era cristiano, sus familias
se opondrían a ese noviazgo, que nunca podría acabar en boda.
Los jóvenes comenzaron a verse a escondidas. Un secreto a voces, ya
que, cuando los habitantes del pueblo veían pasar al hidalgo y le
preguntaban dónde iba él respondía: “vou amar Ofa” o “vou ver o meu
amor Ofa”. Así, dos sentidas palabras dieron nombre a esta sierra:
Amar-Ofa.
Pero como no hay mal que por bien no venga, en 1496 también el rey
portugués Manuel I, coaccionado por sus suegros los Reyes Católicos,
decretó la expulsión de los judíos de Portugal o su conversión al
cristianismo. Por suerte para Luis y Ofa, Zacut y su familia no
estaban dispuestos a empezar de cero una vez más, su hacienda era
grande y les habían acogido bien en Castelo Rodrigo, así que,
decidieron quedarse y convertirse a la fe cristiana.
Dicen que el matrimonio se celebró en el cercano Convento de Santa
María de Aguiar y que, a esas alturas, ya todos llamaban a la montaña
donde vivía la bella Ofa, Serra da Marofa.
MATERIAL GRÁFICO
Carlos de Dios nos envía sus estupendas fotografías. También nos obsequia con un simpático vídeo.
Una buenas selección de recuerdos nos manda Sagrario
Cuando puede venir Vicente, nos resume el día más feliz de su vida con un vídeo
Una de las personas que más disfruta en las marchas fotografiando es Paco.
Y al fin las ansiadas fotografías de José Luis
CRóNICA DE LA JORNADA
Como siempre, buen ambiente. En la plaza de Gabriel y Galán, antes de subir al bus |
Esta vez nos vamos al querido pais vecino. Concretamente a Figueira de Castelo Rodrigo |
Debemos callejear por su casco antiguo, hasta encontar el restaurante donde quedamos para tomar el preceptivo café. |
Y descubrimos, gracias a Javier Hernández, el restaurante Saborearia Que conserva una bella historia. |
Historia que recuerda y continúa con Daniel, segundo por la derecha, hijo del antiguo propietario. Su padre, periodista y fotógrafo, regentó este local, que en su día fue una concurrida tienda. |
Hoy lleno de recuerdos. |
Y donde a duras penas cabemos para tomar el magnífico café de la tierra |
Con algo dulce para acompañarlo, que nuestr@s vecin@s son un@s golosonxs |
Pocas veces hemos tomado un café haciendo piña. |
Jardincillo primorosamente cuidado, con el típico adoquinado portugués. Y siempre las casitas encaladas. |
Nos despiden unos almendros repletos de flores. Este año se han adelantado más de 15 días. |
La primavera comienza a dejarse ver. |
Atrás dejamos Figueira de Castelo Rodrigo y en el alto Castelo Rodrigo, Aldeia Historica |
Y a su derecha A Marofa, hito que guía a caminantes, destacando en la llanura. |
Hacia adelante los altos montes de Poiares. A sus pies discurre el Duero. Para hoy dan agua para todo el día y comenzamos con un buen chaparrón. |
Dejamos la planicie, para descender al valle que ha formado el río Aguiar A la izquierda del camino almendros recién plantados. |
El río Aguiar conserva las marcas dejadas por las recientes riadas. |
Carlos Salamanca nos muestra las conchas de unas curiosas almejas asiáticas que están extendiéndose en nuestros ríos. Concretamente se trata de la corbícula fluminea. |
Entre los berrocales, el hombre se esfuerza para aprovechar cada palmo de tierra fértil. Nuestr@s vecin@s tienen el campo muy bien trabajado. |
Ranúnculo acuático En esta época, los regatos se tiñen del blanco de sus flores. |
Una mirada hacia atrás. A la izquierda asoman las antenas de la Marofa. |
Los restos de empedrado, nos hablan de la antiguedad del puerto que estamos sorteando |
Parece como si los almendros pintasen el cielo de blanco. |
Dejamos atrás la cuenca del río Aguiar y pasamos a la del Águeda. De frente, los farallones de Penedo Dorao. A sus pies discurre el Duero. |
A la derecha de Penedo Durao y del lado español, asoma Saucelle y a la derecha, el peñasco donde está el mirador de Las Janas. Debajo de él discurre el Huebra. |
Las vistas hacia el Duero son espectaculares |
Abajo, en el centro, se asiemta Barca d'Alba. a la derecha... |
Se funde el Águeda con el Duero |
Los palomares, con su blanco inmaculado, destacan en el paisaje |
Entre cuidado campos de olivos, nos dirigimos a la carretera que une las localiddes de Barca d'Alva y Figueira de Castelo Rodrigo |
Este año los almendros se nos han adelantado. |
Estamos en el miradouro da Sapinha |
Donde los buitres nos abservan |
Nosotros vemos Vega Terrón, con los puentes internacionales del tren y de la nueva carretera, diseñado con rasgos que recuerdan a los ferroviarios. |
Precioso palomar. |
Las puertas del campo. |
Pese a la constante amenaza de lluvia, pudimos tomar con tranquilidad el bocadillo y el sol. |
En nuestro camino nos tropezamos con un curioso alcornoque simétrico |
Espetaculares vistas. Unos metros campo a través, para evitar los peligros del asfanto. |
Mar de olivares Terreno accidentado hacia el interior portugués. |
Casita, olivar, palomar... |
Aún llegamos a disfrutar de algún almendro en flor. |
Lo dicho. |
La estética del abandono. |
Nuestro descenso al Duero se produce por preciosos valles poco conocidos. |
Viejas construcciones que perdieron hace tiempo su uso. |
Curiosa forma de proteger el olivo. No es el único que está rodeado con una pared de piedra. |
Vistas hacia Portugal. El Duero se desliza tranquilo en busca del océano Atlántico |
Sobran las palabras |
A orillas del Duero. |
Nuestro camino se dirige decididamente hacia Barca D'Alva |
Puente Almirante Sarmento Rodrigues |
Bonita estampa |
Guardián |
Falta mucho para que florezcan las amapolas, allá por mayo o junio. Otro mundo. |
Naranjos, almendros, cipreses... |
Antigua casa del guarda del paso a nivel, de la línea férrea de Barca a Oporto |
Recta final. |
Almendras del año pasado. |
Exotismo portugués. |
Del lado español, el casería de la finca Valicobo. |
En Barca nos aguarda un mercadillo. Debemos dejar nuestro granito de arena a las economías locales. |
Y terminamos, como comenzamos, pasando momentos inolvidables entre amigos. |
Aunque la lluvia nos hizo abandonar la terraza. |
Agradecido como siempre desde el minuto 0, jeje...ayer coincidíamos 2 buses en la parada de bús, alguno se vino con nosotros de forma equivocada y creo que acertó en el viaje...era el destino:)...Vicente nos leyó lo que íbamos a ver y nos contó la leyenda de la Sierra Marofa (bonita historia:). Pues disfrutamos de un estupendo desayuno con tarta sorpresa de Ester, gracias! muy rico todo y gracias a Javier "Todavía" por la recomendación...Cuando comenzamos, cayeron las primeras y prácticamente únicas gotas del día. Transcurría la mañana con temor, pero apareció el sol,la alegría ya la llevábamos nosotros después del desayuno y siempre con sonrisas. Desde la parte trasera, se observa una gran línea, al fondo se divisa un riachuelo y bonito puente que cruzamos donde Carlos Salamanca, Vicente o Juan están dilucidando el misterio de la "intrusión de almejas asiáticas" en esta zona...Seguimos el camino, sin mucho ganado (excepto nosotros jeje :)...y llegamos al sitio de la comida,con un sol espléndido (algunos encargamos el arroz con bogavante que no llegó jeje...), compartiendo la bota de vino del otro Juan y riendo por el magnífico día que estamos disfrutando, arriba algunos buitres leonados nos miran por si acaso alguno se queda rezagado y ellos también pueden saborear de un almuerzo peculiar dominical:)
ResponderEliminarComo todo...lo bueno, llega al final y con paciencia...después de la Comida, hemos disfrutado de las mejores vistas, no solo por la esplendorosa llegada a Barca D'Alva viendo limoneros o naranjos (alguno probamos una de las naranjas con excelente zumo:) ...sino porque pudimos disfrutar de maravillosas vistas del Duero, los almendros en flor, olivos, árboles centenarios y alguna que otra curiosidad como los aldeanos habrían puesto alguna piedra de pizarra para que el árbol resistiera las tempestades y no se cayera. Agradezco al "vagón de cola", pues vamos haciendo bromas y me van contando cosas de la flora y fauna para mí desconocidas, gracias Juan,Paco,José Luis y Victor...Y así llegamos a nuestro destino: Barca D'Alva donde la "SuperBock" nos estaba esperando con los brazos abiertos y primero en la terracita y posteriormente nos tuvimos que resguadar porque la lluvia ya dijo que ya nos había dejado hacer la Ruta y ya era su "hora" ...Bienvenida sea, nos reímos en el Bar con anécdotas, alguna chica de Canadá (Joanne) nos comentaba que se quería quedar en Portugal...Y es que "menos mal que nos queda Portugal" , gracias a tod@s y como no al Equipo de DeBotas (aunque ayer no vino Inés, siempre se curra las previas con Edu y está con nosotros presente igualmente) .Abrazos para todos
https://photos.app.goo.gl/rLamqvJDMnR36f976
Ruta DeBotas: Almendros Portugueses. 01/03/2020.
ResponderEliminarRuta amable y sin exigencia por la querida Portugal a ritmo de "Grândola, Vila Morena". Desde Figueira de Castelo Rodrigo hasta Barca d'Alva.
Primavera revoltosa y adelantada. Agua, viento, sol, lluvia y vuelta a revolver... Loca transición invierno-primavera.
Paseo por almendros ya verdeando y unos pocos descarados, desafiando las temperaturas, aun en apetecible flor.
Viñedos y olivares infinitos, ordenados y cuidados con minucioso mimo lusitano.
Y como siempre, a la ruta le acompañan las miradas que buscan recrearse y oxigenarse en retinas nuevas, queriendo ser los primeros en capturar ese momento espectacular que no se repetirá.. idéntico... nunca más...
Los viejos singels y Lps que atrapan recuerdos de juventud... el corazón de enamorados a la puerta de la cocina de la pequeña cafetería... el ronroneo del gato... la delicadeza de la flor del magnolio... los blancos palomares... el vuelo del buitre siempre emparejado... el fluir de las aguas en pequeño torrente o en río decisivo... el aviso sugerente del perro guardián... el aroma del tomillo que si se dejara también quedaría retratado...
Y dejarnos llevar como un susurro zigzagueante por caminos, dialogando y conociendo. Y más allá... interpretando y suponiendo. Conciencias mútuas en la medida que nos dejamos... o nos abandonamos...
Y permitir que "a saudade" acompañe también el paso solitario y deje creatividad anárquica al pensamiento...
Si la memoria tuviera tanta habilidad como rapidez el pensamiento atropellaría mil historias como lentes convergentes en pensamientos divergentes...
Me conformaré con mi memoria pez que me permite compartir mini historias de caminante esta vez por "terras raianas" de la que me declaro enamorada.
E uma vez mais... Muito obrigada!!
Quería agradecer a Eduardo a de botas y todos,la ruta tan bonita que disfrutamos el domingo.por tierras de nuestra vecina portugal,disfrutamos de sus paisajes,caminos y gentes rodeados como siempre de naturaleza.grgraci.
ResponderEliminarNos cuenta Paco sus sensaciones:
ResponderEliminarDespués de la demostración, por parte del conductor, de lo que es la muerte dulce. Intoxicación por CO2, en nuestro ensayo también fue acompañado por un alto nivel de humedad y de temperatura al estar tantas personas afinadas en tan pequeño espacio….no pude disfrutar como es de costumbre del viaje… al final resulto un día tímido de un invierno tardío, lleno de colores primaverales, con unas vistas a las que gracias a Debotas nos vamos acostumbrando. Siempre se echa de menos a esos ausentes que como sigan así habrá que celebrar de forma especial su nuevo aterrizaje en esta comunidad… Reultado final, paseo relajante en lugares donde cada vez me siento menos forastero…me encanta cada vez que este dúo nos lleva a ver a nuestro vecinos. Mil gracias
Cierto que dar gusto a tanta gente es complicado. Más si el conductor, que es quien maneja los instrumentos del autobús, está adelante y no sabe qué ocurre en la parte de atrás. Pero hay un truco: el teléfono de emergencias del grupo, que está junto a él. Se lama, se comunica la contrariedad y si es posible, se corrige. Quejarnos a toro pasado, ¡difícil solución!
EliminarY sobre lo de visitar a nuestros vecinos... ¡VOLVEREMOS A NO TARDAR!
EliminarVideo "la Raya quw me ralla" cortometraje de Isabel de Ocampo muy simpático sobre nuestros agradables vecinos Portugueses 👏👏
ResponderEliminarhttps://youtu.be/LeQw_fMpBVE
Una ruta muy hermosa
ResponderEliminarSe echa de menos estas rutas, abrazos
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