Aún cansad@s de ver tantos
paisajes tan distintos y de los 21 kilómetros que caminamos, tenemos
que ir planificando la próxima salida.
Para el día 23
os proponemos una ruta de unos 12 kilómetros. Partiremos de La Venta de La
Rasquilla, siguiendo el joven río Alberche, para por la tarde participar
en el tradicional Domingo Gordo de Navalosa (Ávila), donde los Cucurrumachos,
los quintos, sus madres y "la vaquilla" (es un personaje, no un
astado), se hunden en lo más profundo de nuestras raíces. Lo celebraremos como
el año pasado, con exquisito respeto ante una reliquia que no debemos turbar.
Creemos que lo pasamos fenomenal y la gente del pueblo quedó encantada con
nuestra presencia. Podemos repetir.
Pues si quieres participar del
Carnaval de Navalosa y seguir el suave curso del Alberche, debes esperar
al martes 18 y a partir de las 16:00 para enviarnos un correo
con vuestro deseo.
Os recordamos que sólo os podéis
apuntar dos personas por correo y que si hubiese más solicitudes que plazas,
tendremos en cuenta vuestra participación en nuestras últimas salidas y las
veces que habéis estado últimamente en espera.
El compañero Javier San Sebastián ha tenido a bien enviarnos un texto sobre la tradición del carnaval y sobre Navalosa que merece la pena leer con atención:
El compañero Javier San Sebastián ha tenido a bien enviarnos un texto sobre la tradición del carnaval y sobre Navalosa que merece la pena leer con atención:
"LOS CUCURRUMACHOS
El mayo se yergue en la plaza. A primera hora de la tarde
del “Domingo Gordo” se van congregando a su alrededor personajes con aspecto
aterrador: voluminosos, cubiertos por mantas de rayas, tejidas con tiras de
trapos (“pingueras”), la cabeza cubierta por una máscara de madera, con crines
de caballo o burro, pieles de animales coronadas por cornamentas de cabra o
vaca, guantes y algunos con bastones adornados con calaveras de animales.
Llevan decenas de cencerros atados a la cintura y la espalda que hacen sonar
con sus movimientos exagerados. Con aspecto amenazador, parecen representar algunos
trabajos ganaderos o agrícolas; ocasionalmente, sacan paja de sus alforjas o
sacos y la arrojan sobre la gente.
Durante todo el fin de semana se ha ido preparando la
celebración del carnaval en Navalosa. Los quintos han conseguido una casa donde
reunirse y han recorrido el pueblo pidiendo a los vecinos alguna contribución.
Lo habitual es que recojan huevos, pero también embutidos, pan, dulces, etc que
transportan, en las alforjas de un burro. También reciben dinero, que se
encarga de recaudar uno de los mozos, “el vaquilla”. Con lo recaudado invitarán
a todo el pueblo y estarán de fiesta permanente. El sábado, los quintos recogen
un chopo de gran tamaño y –ayudados por los demás mozos- lo plantan en el
centro de la plaza.
El domingo, los quintos y quintas se visten con sus mejores
galas serranas, ellos con trajes de paño, pañuelos bordados, bastones con
cintas de colores, sombreros negros con escarapelas, y pequeñas esquilas, ellas
con enaguas blancas, falda con mandil bordado, blusa blanca, mantón o pañuelo
sobre los hombros, guantes blancos y zapatos negros. Tras la comida, todos se
congregan junto al mayo. Al sonido de dulzaina y tamboril comienzan a bailar en
corros, por una parte los quintos y quintas, por otro las madres.
Los cucurrumachos van
haciendo aparición con su estruendo, pero mudos, con su relleno de paja para no
ser conocidos por nadie y entre sus paseos y bailes, lanzan paja a cuantos se
les ponen por delante. La fiesta continúa alternando las “coplas de los
quintos”, los bailes y un pregón que describe las actividades del año y la
lista de lo recibido en donación. Seguidamente aparece en el balcón del
ayuntamiento el “tío Marcos”, quien anuncia que matará al “vaquilla”, y en
efecto, lo mata (supuestamente) disparando dos tiros al aire con una escopeta.
El vaquilla, que permanecía en el centro de la plaza, cae fulminado. Siguen los
bailes, las carreras, las invitaciones y la alegría, el vaquilla resucita y los
cucurrumachos se despojan de sus disfraces.
¿De dónde procede
esta tradición? Sólo hay constancia escrita de que se celebraba en la
posguerra, pero algo tan extraordinario y tan diferente tiene todo el aspecto
de ser muy antiguo, posiblemente la continuación de una de las fiestas que
celebraban el renacer de naturaleza en primavera, con el baile alrededor del
árbol y la representación de la lucha del bien contra el mal, tal vez su origen
tenga raíces en los vettones.
El pueblo de Navalosa
acumula tradiciones que son un misterio, no por lo inusual sino por su
concentración en un lugar aislado entre las sierras de Gredos y el Zapatero. En
ningún otro lugar de Ávila existen las cabañas con techo vegetal de piornos que
aquí hay (mejor cabe decir “había”) por doquier, incluyendo la gran ladera de
Navalvao, en el término municipal. Lo mismo cabe decir de las cerraduras de
madera, con su tranca y su llavín, que todavía están es uso en multitud de
puertas de corrales, cuadras y pajares. Al encanto de lo anterior se suman las
construcciones de todo tipo que aprovecharon la roca natural como paredes o
soporte.
Desafortunadamente, las construcciones tradicionales han
sido empequeñecidas, tapadas y menospreciadas por el estilo “yo construyo como
me da la gana”, tan común en nuestros pueblos de Castilla, sin ningún tipo de
control urbanístico ni estético. Es cada vez más difícil encontrar viviendas o
construcciones con fachadas de granito, cuando éste es el material
omnipresente. Los increíbles corrales, muy similares en su estructura y aspecto
a las pallozas de los Ancares, de Asturias o de Galicia, pero separadas cientos
de kilómetros de ellas, son un valor cultural y etnográfico que debería ser
mantenido con tantos esfuerzos como fueran precisos. Los corrales, edificados
con planta cuadrada u ovalada, con tejado soportado por vigas de madera y techo
de piornos, fueron usados durante siglos para recoger al ganado. En la planta
superior tienen un acceso independiente para meter el heno y los materiales que
necesitaran para los pequeños cultivos o para la atención del ganado. Junto a
algunos suele haber un chozo techado con lajas de piedra para refugio de
pastores.
Existen 200 corrales en el término, la mayoría de ellos en
ruina o en proceso de ruina, con sus vigas de madera rotas y sus tejados de
piornos hundidos, sin contar con las construcciones que se han edificado sobre
sus paredes, reconocibles por su planta elíptica. Por otro lado se han
edificado multitud de “casillas”, infraviviendas que se han colado como lugares para aperos de labranza pero que se usan
para ir a pasar el día. Afortunadamente se rehabilitaron dos corrales en
Navalvao, pero, no es suficiente. Joyas culturales tan impresionantes como son
los corrales de Navalosa se estén perdiendo sin remedio. Sobre este tema puedo
ofrecer documentación adicional a quien me la pida."
CRÓNICA VISUAL
Nos permitimos una reflexión sobre esta celebración: Normalmente lo que
une a todos los carnavales es el intentar ocultar la identidad de las personas
que participan, mediante ropas y caretas, algo que los Cucurrumachos de
Navalosa comparten. Pero éste tiene la particularidad de que únicamente se
ocultan ellos, los Cucurrumachos, no así el resto de participantes, que juntos
realizan más bien un acto iniciático con l@s adolescentes, que pasan así a una
etapa más de su vida en comunidad. Una vez realizada esta escena en La Plaza,
al rededor del Mayo, tod@s se quitan las caretas y se inicia una fiesta en la
que participa todo el pueblo y también l@s foraster@s. Y es por esto por lo que
consideramos que no se trata de un carnaval al uso y por ello no permiten
disfraces que distorsionen su significado.
Por cierto, que les encanta nuestra activa presencia.
LA EXCURSIÓN
Saldremos de La Venta Rasca, que continúa dando servicio a
la Cañada Real Leonesa Occidental, que transita paralela a la carretera por la
que llegaremos nosotros de Ávila, ascendiendo el puerto de Menga y más al sur
el de El Pico.
Después de haber tomado el Café Sorpresa, seguiremos el
curso alto del Río Alberche, tributario del Tajo que mantiene la condición de
servir de frontera entre las sierras de Gredos y la de Guadarrama: Esto ocurre
en el término municipal de El Tiemblo, mucho más al Este de donde nos
encontramos.
Esta comarca del Alto Alberche, se caracteriza por ser un
terreno roto, abrupto, donde además el duro granito aparece por doquier,
entorpeciendo las comunicaciones, aislando el territorio y
dificultando la explotación de esta tierra pobre y dispersa. Éste puede ser
también el motivo de que hayan llegado hasta nuestros días tradiciones,
costumbres y construcciones que en otros lugares han desaparecido
hace siglos.
En este escenario, para algo tan cotidiano como el trasiego
de personas y mercancías, se han tenido que construir un ingente número de puentes, monumentales y de
piedra unos, simples pasiles otros. Solamente en el término de Navalosa se
sitúan 17.
La vegetación es escasa hasta que llegamos al
arroyo de los Avellanos, donde son muy abundantes los árboles de esta especie.
Comienzan los prados y pronto encontramos en la orilla
opuesta un pequeño bosquecillo de pinos y robles en la zona conocida como La
Atalaya. Poco después, comienza a embalsarse el agua debido a la presa que daba
caudal a una antigua central eléctrica. El bosque de ribera comienza a hacerse
más espeso con más fresnos, sauces y chopos que crecen junto al canal que lleva
el agua a este complejo. Aunque está en ruinas, deja ver las viejas turbinas de
la central, los restos de un molino y los de varias viviendas de los dueños y
operarios de estas instalaciones, que además, cuentan con un edificio arruinado
con gruesos muros y restos de los ventanales de unas dependencias que parecen
más antiguas y tal vez dedicadas a alguna actividad minera.
Seguimos por esa misma orilla y llegamos a un viejo puente
de granito en un paraje muy agradable junto al cerro del Calamocho.
Tras cruzar el río, nos internaremos en el magnífico pinar
de Hoyocasero, protegido por su interés como paraje botánico único
En la misma línea que divide los términos municipales de
Hoyocasero y Navalosa, se encuentra ermita de los Santos, enclavada en un
lugar con hermosas vistas al valle. Un cercado de piedra, delimita la “plaza de
la ermita”. En sus inmediaciones hay peñascales con huecos que las leyendas populares
han querido relacionar con tumbas primitivas.
Como el año pasado comeremos junto a La Puente o Puente
Vieja. Puente, poza, molino, hacen de ese lugar uno de los parajes con más
encanto de la provincia abulense.
Ascenderemos a Navalosa siguiendo el arroyo de la
Gargantilla. Allí nos esperará el autobús para dejar las mochilas y los disfraces
(quien lo lleve) y darán comienzo los carnavales de Los Cucurrumachos.
MATERIAL GRÁFICO
Las primeras fotografías que hemos recibido son de Adolfo Masanet
Carlos de Dios, nos envía sus fotografías con varios vídeos y un trabajado vídeo estupendo resumen de la jornada.
Ángel Iglesias se anima y nos manda sus fotos
Merece la pena esperar a los retratos de Paco.
MATERIAL GRÁFICO
Las primeras fotografías que hemos recibido son de Adolfo Masanet
Carlos de Dios, nos envía sus fotografías con varios vídeos y un trabajado vídeo estupendo resumen de la jornada.
Ángel Iglesias se anima y nos manda sus fotos
Merece la pena esperar a los retratos de Paco.
Amanecer Ya en el viaje comenzamos a disfrutar de la jornada |
Se nota qué celebramos. Domingo de Carnaval. Una de las fechas fijas en nuestro calendario |
Ha helado, pero se espera calor. Y estamos en febrero |
La ruta comienza atravesando el río Piquillo, que desciende del Puerto del Pico. Al fondo se observa la cumbre de La Serrota |
Bonito efecto. Me imagino que se trata de la imagen deformada del grupo. |
Este primer tramo nos acompaña la música del saltarín Alberche. |
Nos encontramos con las instalaciones de una antiguo molino, más tarde reconvertido en fábrica de luz. Ese nombre me gusta más que minicentral eléctrica. Es pronto y ya estamos buscando a sombra. |
Detalle de la maquinaria a la intemperie. |
Caótica foto de grupo. |
La calzada que utilizamos, un ramal que unia Navalosa con la importante vía que asciende el Puerto del Pico, aprovecha estos roquedos como sólidos cimientos para los estrobos de este monumental puente |
Estamos en una zona eminentemente ganadera. |
L@s amantes de la fotografía disfrutan mucho más de las rutas. |
Y a nosotr@s nos regalan estos recuerdos. Macizo Central de Gredos. |
La Naturaleza siempre gratificante. |
Espadaña de la ermita de Los santos. Al fondo la Sierra del Valle, a sus pies el Valle de Iruela. |
Utilizamos sus alrededores para tomar "El Plátano" otra institución en nuestras rutas. |
Ahora utilizamos una cómoda calleja. |
Volvemos a buscar la compañía del Alberche |
La estética de los prácticos pasiles |
Esta vez no tuvimos que atravesarlo. Hubo quien no se quedó con las ganas. |
Este tramo del río es mucho más tranquilo |
https://photos.app.goo.gl/n5w1UfEo3eGgVpAB8
ResponderEliminarBuenos días o ya tardes :)Hemos dormido como "niños" ayer desde por la mañana cantando el Himno de DeBotas, desayuno con los pasteles de Nines(Gracias!!), café con migas:), rutita carnavalesca viendo el río Alberche,disfrutando de un clima demasiado bueno para la época del año, la ermita y las tumbas alrededor que visitamos, algún águila real revoloteando en el cielo, la comida junto a la Puente de Navalosa, compartir momentos,risas, bailes con la gente de Navalosa y para terminar el Karaoke en el bús....Lo dicho, esto es Disfrutar la Vida. Gracias y un abrazo, Carlos
Nos dice Adolfo:
ResponderEliminarEncantado de particibar con DeBotas, magmifico día !!!
Saludos,
Gracias Inés y eduardo al grupo debotas y a todos,por este día tan bonito.por hacernos disfrutar de la naturaleza,los pueblos,sus gentes tradiciones y cultura.dia fantastico.lo aprendido y disfrutado.lo dicho gracias
ResponderEliminarLorena nos hace llegar sus impresiones:
ResponderEliminarEl domingo pasado transcurrió con una temperatura estupenda, los campos comenzando a florecer y el río Alberche como acompañante. Tras un agradable paseo, fuimos recibidos en Navalosa como un habitante más, y pudimos disfrutar (algunos desde una altura privilegiada), de sus costumbres, su gente y sus cucurrumachos. Para recuperarnos tras la caminata y prepararnos para sus bailes, chocolate; quizá demasiado caliente para el calor inesperado de un día de febrero. Sin duda, seguro que todos dormimos como niños tras este carnaval fuera de lo común.
Comprobamos que sigues los buenos pasos de tu padre.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Te esperamos para otra ocasión.
Un abrazo.