martes, 5 de enero de 2016

BARRANCO DE LAS CINCO VILLAS

Domingo 15 de noviembre de 2015

Parece ser que estamos de suerte y según las previsiones, con mínimas de 9º y máximas de 16 y sin viento, vamos a tener unas estupendas condiciones meteorológicas para caminar, aunque  a primeras horas necesitaremos ropa de abrigo, ya que comenzaremos a caminar desde la misma cafetería situada a 1390 metros de altitud.
Ya en el valle nos debería sobrar la ropa, pues  aunque políticamente estemos en la provincia de Ávila, geográficamente estaremos en la Meseta Sur, donde suele hacer entre 4 a 7 grados más que en la capital.
Descenderemos al valle del Tiétar por calzada empedrada, que seguramente diseñaron los ingenieros romanos y que, generación tras generación, se ha ido conservando. Por ella transitaron viajeros, mercancías y continúa haciéndolo, dos veces al año, la Trashumancia. Se trasladan grandes rebaños de ganado bovino en busca de pastos y temperaturas más benignas. Caminaremos por la Cañada Real Leonesa Occidental, una auténtica autopista de pago de la época, hasta veremos los restos del edificio dedicado al peaje.
Es curioso, que sin esfuerzo alguno, estemos en el corazón mismo de la Sierra de Gredos. Tendremos a un lado los formidables farallones del Torozo, paraíso de escaladores y del otro, el pico la Fría, el espaldar de Galayos y hasta La Mira.

La primera Villa que conoceremos, será Cuevas del Valle, cuidada y pintoresca población que repite las características constructivas con las que se realizaban los edificios en la toda la Meseta Sur en la zona aledaña al Sistema Central. Destacando los entramados de madera, las grandes balconadas, los voladizos…

Saldremos de la Villa y de la Cañada, para recorrer, por el Este el llamado Barranco o Valle de las Cinco Villas. Esta zona más húmeda y con suelos más fértiles, crecen castañares, nogales, fresnos… En el anterior mensaje os dije que veríamos retazos otoñales, pero me equivoqué, por estas altitudes, el otoño aún está comenzando, por lo que podremos ver la policromía de las caducifolias. 

Por una senda bien trazada, sin apenas desniveles, llegaremos a Villarejo. Nos dará la bienvenida una de las numerosas ermitas con las que nos encontraremos en nuestra ruta. El abigarrado caserío se adapta y se estira de Este a Oeste, siguiendo las curvas de nivel de los mapas.

Nuestros ojos ya se habrán acostumbrado al paisaje de terrazas donde se acomoda nuestro camino y en las que se siguen cultivando, con afamada calidad, olivos y vides. Precisamente cerca de una moderna almazara, junto a la ermita de San Andrés, será donde en un marco, difícil de olvidar, comeremos. Estamos a las afueras de San Esteban del Valle, gran población donde destaca la mole de su parroquial.

Entre un gran bosque de pinos, protagonistas año tras año de tremendos incendios, como el que en 2009 calcinó la ladera Oeste del Valle, llegaremos a Santa Cruz del Valle. Como curiosidad de actualidad, ostenta el triste honor de ser el municipio más endeudado a nivel nacional; repartiéndola, cada vecino sale a 9.431 €. Nos despide su soberbio rollo, símbolo, de autonomía jurídico-administrativa respecto de Mombeltrán, centro nobiliario de la zona.

Desde Santa Cruz descenderemos hasta el puente que atraviesa el curso del río Prado Latorre para retomar un tramo de la Cañada por la que habíamos bajado el Puerto del Pico y que abandonamos en Cuevas del Valle.
Así llegamos a nuestro último destino: Mombeltrán. Nombre que relacionamos con su impresionante castillo medieval, del siglo XV,  que fue propiedad de los Duques de Alburquerque y del que sólo podremos ver su exterior. Pasearemos por las calles de la población, donde no nos sorprenderán la estética de las humildes chimeneas: ya estaremos acostumbrados a verlas. Un importantísimo elemento ligado a las vías de comunicación, son los hospitales (siempre han sido un lujo), en Mombeltrán veremos el de San Andrés, construido en 1510.

Las fotografías de Alberto.

La mirada de Eduardo.

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