Domingo 12 de Marzo
Por la Sierra de Gata. De Hernán Pérez a Torre de Don Miguel
Parroquial de Hernán Pérez |
Muy buenas a tod@s, relucientes aún las sonrisas por el buen rato que pasamos en el entrañable antruejo, saturnal o carnaval de Villanueva de Valrojo, y ya tenemos que ir proponiendo una nueva actividad.
Consultado nuestro eficiente calendario, nos dice que vamos a ir a Extremadura. Allí podremos oler ya a primavera, aunque a esa tierra parece que no le afecta demasiado el invierno. Os planteamos una ruta un poco más cañera, que las últimas que hemos realizado, pero eso sí, no es complicada, ya que los caminos son amplios.
Suaves colinas rodean Hernán Pérez Olivos y praderas verdes Primavera |
Saldremos a las ocho menos cuarto de Gabrel y Galán, caminaremos 22 preciosos kilómetros, con un desnivel acumulado de 600 metros de subida y 400 de bajada.
Mosaico natural enmarcado por el brezo en flor |
Partiremos de la población extremeña de Hernán Pérez, subiremos hasta Santibáñez el Alto, donde comeremos y a Torre de Don Miguel, donde terminaremos la jornada.
Embalse de Borbollón y la Sierra de La garrapata al fondo |
Del primer pueblo decir que no tiene nada en común con los recoletos pueblos de la Sierra de Gata, emplazado en una zona llana, rodeado de campos de olivos y verdes praderas.
La piscina natural de Santibáñez el Alto utiliza las aguas del río Árrago |
Buenas intenciones para preservar el malogrado patrimonio tradiciona |
La Dehesa, en el alto, Santibáñez |
Este sistema de pueblo emplazado en un lugar elevado y un barrio a sus pies dedicado al pastoreo, también lo encontramos en el pueblo verato de Arroyomolinos de La Vera. Debe su singularidad a cuestiones prácticas para no tener que subir hasta las poblaciones, aperos, animales y forrajes. Más funcional resultaba guardarlos en los cobertizos y corrales de la llanura, todo ello al cuidado de pastores, vecinos del pueblo que se irían turnando de manera comunitaria.
Los Pajares de la Dehesa o barrio de la Calzada, Santibáñez el Alto. Se abre la veda. |
Un verdadero placer... |
Arriba, en el pueblo, las viviendas, protegidas por contundentes murallas y formidable castillo. Para ascender se trazaron cómodos caminos empedrados, suavizando su pendiente con trazados sinuosos.
Si el día es propicio, las vistas desde las terrazas de los bares de la plaza del Nogal, serán espectaculares.
8 kilómetros nos llevarán a Torre de Don Miguel, acompañados por el Arroyo de San Juan, que riega las huertas y movía las grandes ruedas verticales de los antiguos molinos. Las presas de éstos, hoy se han reconvertido en bulliciosas piscinas naturales.
Fuente del Pilar |
El pueblo, es uno de los más bellos y mejor conservados de toda la comarca, con un entramado de calles y plazas por los que tendremos que perdernos antes de volver a casa.
El agua, el origen de la vida. |
¿Te apetece acompañarnos?
PRESENTACIÓN
La comarca de La Sierra de Gata se encuentra en una zona de clima
mediterráneo con una vegetación muy variada, donde destacan los olivos,
pinares, robles, jaras y brezos.
Aunque parezca un tópico, en este caso es totalmente cierto. La protección que brinda el Sistema Central, impide la entrada de los fríos vientos del Norte. Así, las temperaturas de inviernos son, en general templadas, permitiendo cultivos imposibles de encontrar a unos pocos kilómetros más al Norte o más al Sur: naranjas, limones, aguacates, kiwis o incluso plátanos. En la temporada de la recogida de la aceituna, en pleno Invierno, si sale el Sol durante un rato no será difícil vernos a todos en mangas de camisa... Nuestros inviernos son cálidos.
Ascensión a Santibáñez el alto. Se abren las vistas. |
Caserío de Santibáñez el Alto y embalse del Borbollón. |
Santibáñez el Alto. Puerta de la Villa. |
Ningún pueblo debió apreciar tanto como los árabes la
belleza de estas tierras, y quizás por ello, levantaron numerosas fortalezas como
la Almenara, Eljas, Santibáñez o Trevejo. Herencia de esta época es también el
cultivo de la vid y el olivo, construyéndose entonces los primeros molinos y
almazaras junto al río y arroyos.
La villa de Hernán
Pérez, está situada en la parte oriental de la mancomunidad de la Sierra de
Gata. Cuenta con 489 habitantes en 2014. El casco urbano está emplazado en un
pequeño teso rodeado de suaves collados, a 449 metros sobre el nivel del mar.
Villanueva de la Sierra con la de Béjar al fondo. Vistas desde Santibáñez. |
Pico Jañona, a sus pies, Torre de Don Miguel. |
En el castillo se reconocen tres etapas: La más
primitiva corresponde a los siglos IX y X, sobresaliendo el alcázar, de origen
musulmán y actualmente semiderruido. Esta era la "zona militar", con
diferentes instalaciones, un patio y una torre que hoy, sigue en pié. Adyacente a este primer emplazamiento, se
sitúa la llamada puerta de la Traición, y la esplendorosa torre del Homenaje,
de la que restan dos paredones. Durante el siglo XIII al castillo se le
añadieron otros edificios, coincidiendo con la época en la que la orden de
Alcántara se preocupó en reforzar el bastión. También fue objeto de varias
rehabilitaciones, principalmente en los siglos XVI y XVII.
Camino de Torre de Don Miguel. Herramientas de trabajo. |
Resaltar, igualmente, su peculiar e irregular plaza de
toros, que se hizo aprovechando el muro oriental de la barbacana
La parroquia de San Pedro, ubicada en las inmediaciones del castillo, presenta una curiosa torre-fachada, rematada por una espadaña granítica. Llama la atención la sacristía, que antes sirvió como capilla de nobles, que deleita con un excelente frontal de azulejos de Talavera de la Reina y una hermosa bóveda de crucería estrellada
Una mano amiga, ¡con qué poco, cuánto bien hace! |
Torre de D. Miguel
en un extremo una espectacular Iglesia, en el otro, una Sinagoga, en medio una
preciosa calle de arquitectura popular bien conservada y, a los lados un
laberinto de callejuelas, subidas, bajadas, escalones, habitaciones sobre las
calles formando túneles y pasadizos... es un retroceso en el tiempo, un lugar
donde se mezclan culturas árabes, cristianas, judías...Un lugar mágico
indignamente desconocido. Una de las joyas de la Sierra de Gata.
Molino de Don Domingo Tradicional rodezno vertical, común en la zona. |
Ermita del Cristo de la Misericordia: Con una magnífica
portada del S. XVI atribuida a Pedro de Ibarra, esta ermita recuerda por si
arquitectura a las típicas sinagogas judías.
Siguendo el Arroyo de San Juan |
Levantada en un enclave escénico, en lo más alto de la Plaza Mayor, se encuentra la iglesia de Nª Sª de la Asunción, del más puro estilo renacentista castellano, donde el gusto por las formas góticas se plasmaron en su interior. Esto en cabecera y torre, mientras que la nave quedó inconclusa y no se derribó, siendo más humilde y antigua. En ella se rasga el muro donde se abre la monumental puerta gótica.
Patrimonio industrial |
La Almenara nos vigila. |
La Torre de la Almenara, que domina la población, pertenece a la localidad de Gata. Se
construyó a base de mampostería de granito en la edad Media.
El elemento que mejor se conserva es la Torre. Fue construida en el siglo XIV. Su emplazamiento, en lo alto de una atalaya, indica claramente su función de vigía. Desde allí se divisa claramente el Castillo de Santibáñez el Alto y toda la comarca.
Texturas. Puerta en Torre de Don Miguel. |
El elemento que mejor se conserva es la Torre. Fue construida en el siglo XIV. Su emplazamiento, en lo alto de una atalaya, indica claramente su función de vigía. Desde allí se divisa claramente el Castillo de Santibáñez el Alto y toda la comarca.
Dintel gótico en Torre de Don Miguel. |
CRÓNICA
Os prometimos que oleríamos la primavera, mientras en nuestra ciudad estábamos aún inmersos en el aletargo invernal y ciertamente comprobamos que huele, a manzanilla, hierbabuena y tomillo. Pero lo que no esperábamos era que la primavera nos iba a explotar en nuestros pies: un verdadero mar verde lleno de grandes manchas a veces blancas, otras amarillas, azules y otras mezclándolas todas, lo inundaron todo y nosotros allí en medio, surcándolo y la fauna, nos puso la banda sonora, con sus trinos y cánticos.
Os prometimos que oleríamos la primavera, mientras en nuestra ciudad estábamos aún inmersos en el aletargo invernal y ciertamente comprobamos que huele, a manzanilla, hierbabuena y tomillo. Pero lo que no esperábamos era que la primavera nos iba a explotar en nuestros pies: un verdadero mar verde lleno de grandes manchas a veces blancas, otras amarillas, azules y otras mezclándolas todas, lo inundaron todo y nosotros allí en medio, surcándolo y la fauna, nos puso la banda sonora, con sus trinos y cánticos.
Cipo funerario romano, reutilizado como dintel |
Buena jornada senderista, de las
que hacen afición, pues los caminos, amplios, se prestaron a concurridas
tertulias, haciendo más llevaderos los kilómetros.
Como curiosidad, contaros que
hubo quien la zona le trajo recuerdos de su niñez y adolescencia. De cuando se
tenía que desplazar con sus familiares para vender aceite y otros productos que
se producían en su pueblo y que tenían que venir hasta Gata para venderlos. La
historia me encantó y con ella añado un beneficio más del senderismo a nuestro
bienestar: el ejercitar la memoria, recordando nuestra propia biografía, a
partir de elementos o lugares que vemos o visitamos.
Fue una jornada especialmente
variada, con olivares esparcidos en suaves colinas o en estéticos bancales, la
gran dehesa a los pies de Santibáñez el Alto, complementada con el sorprendente
barrio de la Calzada y sus construcciones ganaderas. La exigente subida al
pueblo, nos puso a tod@s a prueba, aunque la belleza de la senda empedrada y especialmente
pensar en la comida que nos esperaba arriba, nos hicieron aligerar el paso.
Torre de Don Miguel Típico pasadizo o balcón. |
El pueblo es un gran mirador, abierto
a toda la comarca: al norte, la desafiante torre árabe de la Almenara, que
según nos acercábamos a Torre de Don Miguel, intimidaba aún más; el valle del
Árrago, con Robledillo de Gata y las cumbres de La Bolla Grande, de sudorosos
recuerdos. Al Este, las celestiales sierras de Los Ángeles, que ocultan las
Hurdes y la de Dios Padre, de donde partimos hoy. Al sur, nos hipnotizaban los
brillos del agua del embalse del Borbollón y las tierras verdes de Coria; y al
oeste, las cumbre del Jálama, de inconfundible silueta, se rinden a su regazo,
Acebo, Hoyos y Perales, aún con el susto encima del tremendo incendio que
calcinó la zona hace dos años. Por allí esperamos caminar en otoño.
Un recuerdo a destacar es la
encantadora senda que recorre los molinos o almazaras que mueven
las aguas del humilde Arroyo de San Juan.
La grata sorpresa de la jornada,
nos la guardaba el bar de Torre de Don Miguel, que continúa con la invernal
tradición de preparar los domingos, para merendar, chocolate con buñuelos, que
ya hemos degustado en otras localidades del norte extremeño.
Las fotos
de Alberto
Las imágenes
de Paco
Los pasos acompañan sueños con
sabor añejo.
Sentimientos abrazados a la
primavera recién nacida.
Olores de lavanda, olores de
tomillo.
Sendas envueltas en color y luz
limpios.
Y en lo alto, en lo más alto,
donde el viento grita y no se
queja,
unos robles desnudos
repiten siempre lo mismo:
es añejo el sabor de los sueños
Vicente Martín
Foto de grupo sobre el puente del río Árrago |
Gracias Eduardo e Inés, lo habéis vuelto a conseguir: organizar una Ruta perfecta. Ya estoy esperando la próxima.
ResponderEliminarSalud
Panda de malandrines y malandrinas... sois vosotr@s l@s causantes de tanta dicha... con gente así, da gusto patear esos montes.
EliminarInés y Eduardo
Preciosa ruta la de ayer .
ResponderEliminardía feliz para comenzar la semana llenosde alegria y del energía
Muchas gracias y buena semana
No hay mejor manera de comenzar la semana. Recientes los recuerdos y llenas las retinas de preciosas imágenes.
EliminarUn abrazo, Inés y Eduardo
Estupenda ruta con bellos rincones.
ResponderEliminarF. L.
Yo no quiero ser menos... ¡qué voy a decir!
ResponderEliminarsi disfruto como un cerdito en pocilga...
Gracias DeBotas y DeBotos...
Inés y Eduardo que sigo siendo "gracioso" (de dar gracias por supuesto) jejejejeje